Aunque a muchos el tema del vapeo les suene a algo reciente, nada más lejos de la realidad. El vapeo nació a principios de la década de los 60, para ser más exactos, en 1963, cuando un inventor americano, Herbert A. Gilbert, que fumaba hasta dos paquetes de tabaco al día, decidió sacar a la luz su invento: el primer cigarro electrónico.
Contextualizando el momento
Hablar de los años sesenta en la América profunda era hablar de la imagen del cigarro en la mano y boca como algo de moda y que servía para posicionarse entre la gente cool del momento. Hombres y mujeres encendían sus cigarros hasta marcar récords de ventas con más de 520 billones de cigarros vendidos ese mismo año.
Sin embargo, Gilbert había dado buena cuenta de la información que, el año anterior, había comenzado ya a relacionar el vicio del tacabo con el cáncer de pulmón.
Alguien que fumaba hasta dos cajetillas al día y que tenía imaginación y capacidad de invención, vio ahí un nicho en el que trabajar: la búsqueda del cigarro que no fuera perjudicial para la salud.
Así, con un líquido sin nicotina que era calentado gracias a una batería, creaba el vapor que permitía que una persona lo inhalara y fuera saludable. Así, el 17 de abril de 1963 presentó la patente americana número 3200819 que quedó registrada dos años después, en 1965.
Pero no se quedó solo con la idea de conseguir dejar de fumar el perjudicial tabaco y pasar a inhalar su cigarrillo electrónico, sino que apostó también por su invento como método para perder peso ya que, a los líquidos, se les podía aportar el sabor de comida y, así, incluso fumar el sabor favorito sin ingerir caloría alguna.
Sin embargo, no encontró ninguna fábrica o marca que quisiera producir su patente a gran escala, lo que supuso un relativo fracaso para su invención.
Casi 60 años después, un mercado que mueve más de 10 billones
Hoy, 55 años después de que Herbert tuviera su brillante idea de sustituir el tabaco por el vapor, es cuando de verdad la sociedad ha estado preparada para contextualizar los perjuicios del tabaco y dar el salto al vapeo. Tanto es así, que como modernidad aparente, una de las líneas de mejor aceptación es digital gracias a cualquier tienda de vapeo online que facilita este tipo de producto y lo pone, en cuestión de horas, en la puerta de casa.
La ventaja de este tipo de dispositivos que están viviendo su renacer, está en el producto. Los líquidos – el original que planteaba quien lo patentó no llevaba nicotina – pueden llevar o no nicotina y se puede incluso regular tal ingrediente. Es más, existe una amplia gama de sabores que, además, permite al usuario elegir entre sus preferencias.
Mientras que 9 de cada 10 fumadores asume que el vapeo es menos perjudicial que el tabaco tradicional, sigue compartiendo cuota de mercado con el mismo, aunque poco a poco se va viendo cómo el hecho de poder prescindir de la nicotina y evitar ciertos otros componentes nocivos del cigarro hacen que siga, año tras año, ganando cuota de mercado hasta llegar a cifrar su facturación a nivel mundial en más de 10 billones de dólares.