Fráncfort, 2 mar (dpa) – Donald Trump va en serio con el proteccionismo comercial, como muestra su intención de blindar la industria nacional del aluminio y del acero.
Pero ello obligará a sus socios comerciales a defenderse, por lo que muchos se preguntan si podría ser el inicio de una auténtica guerra comercial. dpa ofrece algunas claves:
¿Qué significan los aranceles estadounidenses para el comercio mundial?
«La repercusión directa en el comercio mundial es poca», señala Holger Schmieding, economista jefe del banco alemán Berenberg Bank. El aluminio y el acero suponen menos de un dos por ciento del conjunto de las importaciones de Estados Unidos, valoradas en 2,4 billones de dólares.
«Mucho más importante es el posible efecto en la confianza. Los aranceles estadounidenses alimentan la inseguridad y esto lastrará más bien el clima de negocio en países con economías muy orientadas a la exportación, como Alemania, más que en Estados Unidos», considera. Además, en vista del blindaje de los mercados internos, parece improbable la firma de nuevos acuerdos de libre comercio que impulsen el comercio mundial.
¿Existe el peligro de un conflicto comercial internacional?
«El riesgo de una guerra comercial perjudicial para todos ha aumentado considerablemente», considera el economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer. «La carrera de aranceles de los años 30 que provocó el colapso del comercio mundial es un ejemplo de alarma». En 1930, Estados Unidos subió drásticamente las tasas aduaneras de cientos de productos, a lo que muchos países respondieron de la misma manera agudizando la crisis económica de ese momento.
Existe el peligro de una expansión colectiva irracional de tasas aduaneras si otros países o la Unión Europea reaccionan introduciendo nuevos aranceles, consideran los analistas. «Sólo se puede esperar que ello no ocurra», alega por su parte el presidente del instituto económico alemán Ifo, Clemens Fuerst.
«Aún no es el inicio de una verdadera guerra comercial. Se trata más bien de una escaramuza», considera el economista Schmiedig.
¿Quién sale perdiendo con las medidas de Trump?
Primero y sobre todo los consumidores estadounidenses. Porque productos como bebidas enlatadas o los automóviles podrían encarecerse si las empresas estadounidenses necesitan acero o aluminio extranjero para su producción.
«Los aranceles proporcionan ventajas competitivas a algunos sectores. Pero la cuenta la tendrán que pagar sobre todo otras empresas y sobre todo los consumidores, que pagarán más por los productos afectados», señala Krämer.
«Si se produjera una guerra comercial se perdería el bienestar global», alerta el economista jefe de la aseguradora Allianz, Michael Heise. «Todos se verían afectados: consumidores, empresas y también los Estados, que recaudarían menos impuestos».
¿Qué tamaño tiene el mercado mundial del acero y quiénes son los principales jugadores?
Desde hace años, la sobreproducción ha presionado los precios a la baja. China es con diferencia el mayor productor, con 808,4 millones de toneladas de acero en 2016, lo que supone casi la mitad del que se producen todo el mundo. Le siguen, de lejos, la Unión Europea, con 162,1 millones de toneladas, y Japón, con 104,8 millones. Estados Unidos se sitúa en quinto puesto con 78,5 millones de toneladas.
¿De dónde procede el aluminio y el acero que consume Estados Unidos?
El mayor suministrador del país el año pasado fue Canadá, por valor de 5.200 millones de dólares. Ello supuso el 18 por ciento de la importación total de acero del país, por un total de 29.000 millones de dólares. México y Corea del Sur están también entre los principales suministradores.
En cuanto al aluminio, Canadá es el principal suministrador con diferencia, responsable de más del 40 por ciento del volumen total importado por 17.000 millones de dólares en 2017.
Por Friederike Marx y Jörn Bender (dpa)