(dpa) – Los planes para construir una futurista línea ferroviaria de levitación magnética en Berlín desataron fricciones en la capital alemana, donde los opositores afirman que el proyecto es un despilfarro de dinero que tampoco ayudará en la lucha contra el cambio climático.
La coalición entre conservadores y socialdemócratas que gobierna la ciudad ha aprobado formalmente el proyecto de una vía de prueba de entre 5 y 7 kilómetros. No se ha dado ninguna fecha para el inicio de la construcción y tampoco se ha decidido la ruta que seguirá la línea.
El tren de levitación magnética sin conductor será más barato y rápido de construir que una nueva línea de metro, según Dirk Stettner, presidente de la agrupación local de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU).
Los trenes de levitación magnética actuales no avanzan sobre ruedas, sino que flotan sobre la vía utilizando la fuerza magnética entre esta y las bobinas del vehículo.
Según Stettner, la construcción del tren tipo maglev (levitación magnética) costará entre 80 y 85 millones de euros (entre 87 y 93 millones de dólares) y se financiará con cargo a un fondo especial de 5.000 millones de euros para proyectos de lucha contra el cambio climático.
El anuncio se produce en un momento en el que la agencia de transporte público de la ciudad, BVG, se enfrenta a una escasez de personal y ha recortado algunas líneas de autobús por falta de conductores.
La secretaria de Transportes de la CDU berlinesa, Manja Schreiner, declaró a la radio local RBB que el maglev sería «un complemento sensato para la infraestructura de transportes de la ciudad».
Por el contrario, para el político de Los Verdes Benjamin Raschke, el proyecto es una idea nada realista. «Hasta ahora tiene tan poca sustancia que hay que calificarlo de truco de relaciones públicas», dijo.
«No está nada claro cómo se supone que va a encajar en la infraestructura de la VBB (Asociación de Transporte Berlín-Brandeburgo)», dijo Raschke en la ciudad de Potsdam.
El grupo de presión para la conservación de la naturaleza BUND calificó el proyecto de «burla a todas las personas que quieren promover seriamente la protección del clima». El dinero del fondo especial debería utilizarse para ahorrar energía rápidamente y no para financiar «proyectos absurdos», dijo BUND.
De 1984 a 1991, Berlín Occidental contó con un corto tramo de línea de maglev, bautizado como M-Bahn. Empezó como proyecto de prueba y funcionó con regularidad durante unos años, hasta que fue desmantelado poco después de la reunificación.
El maglev de Shanghai fue la primera línea comercial de alta velocidad del mundo en utilizar esta tecnología y sigue siendo un proyecto chino de prestigio. Los trenes tardan solo 8 minutos y 10 segundos en completar un trayecto de 30 kilómetros y alcanzan regularmente velocidades de 300 km/h.
La línea de Shanghai se basa en tecnología alemana pionera y fue inaugurada por el entonces canciller Gerhard Schroeder en 2002.
Alemania abandonó la investigación del maglev en 2006, tras un grave accidente en la vía de pruebas del Transrapid en Emsland, cuando un tren que circulaba a 170 km/h colisionó con un vehículo de mantenimiento y causó 23 muertos.
La pista de pruebas de Emsland se cerró posteriormente al expirar su licencia de explotación y el emplazamiento ha sido remodelado.
Expertos estadounidenses de la Administración Federal de Ferrocarriles que estudiaron el sistema Transrapid alemán afirmaron hace 25 años que los niveles de ruido de los trenes de levitación magnética a alta velocidad pueden asustar a los residentes y causarles un estrés excesivo.
Los partidarios del proyecto berlinés afirman que utilizará la nueva tecnología de levitación magnética, más segura, desarrollada por la empresa de ingeniería Transportsystem Max Bögl.
Comparada con tecnologías anteriores, se considera más flexible y rápida de implantar. En nombre de Max Bögl, el estudio de arquitectura berlinés Graft publicó en 2021 una visualización de un tren de levitación magnética en un contexto urbano en torno a la principal estación de ferrocarril de la ciudad.
David Harder, experto y firme partidario del maglev, afirmó que los argumentos de los detractores son engañosos y los acusó de difundir información falsa.
En la página web magnetbahn.org, Harder afirma: «Todos los aspectos de la tecnología que se utilizará son respetuosos con el medio ambiente. El sistema de levitación magnética no necesita piezas móviles que se desgasten. Esto alarga la vida del sistema y ahorra recursos».
Por Martin Bensley (dpa)