Madrid/París, 5 mar (dpa) – Si hay un futbolista que mañana estará especialmente motivado en el encuentro que el Paris Saint-Germain (PSG) y el Real Madrid jugarán en el Parque de los Príncipes por los octavos de final de la Liga de Campeones, ése es Ángel Di María.
La grave lesión de Neymar abrió la puerta para que el argentino, relegado dentro de la constelación de estrellas que es la ofensiva del PSG, pueda tener los minutos que tanto le faltaron en la temporada. Y no será un partido cualquiera.
Es el encuentro del año para el PSG, que se juega su temporada y buena parte de su multimillonario proyecto. Será, además, un partido especial para Di María en lo personal: nadie olvida que su salida del Real Madrid en 2014 no fue precisamente de lo más amistosa.
Lo saben la prensa española y los hinchas del Real Madrid, que advirtieron con cierta preocupación que el híper motivado argentino puede ser tan o más peligroso que Neymar.
«Di María se confirma como la gran amenaza del Real Madrid», indicó el diario «Marca» después de que el «Fideo» anotara un gol en la victoria del sábado por 2-0 ante el Troyes en la Liga francesa. «Di María espera al Madrid en ebullición», señaló «El País».
El capitán del Real Madrid, Segio Ramos, recordó hoy la categoría del probable sustituto de Neymar. «Lo conocemos bien y es otro grandísimo jugador», destacó el defensor en rueda de prensa.
«Se mueve muy bien. Tiene disparo y es rápido», lo secundó Zinedine Zidane, el técnico blanco. «Aquí hizo historia».
El argentino no vio mucha acción esta temporada, pero sus estadísticas no son nada despreciables. Lleva anotados 15 goles en sus últimos 17 encuentros en todas las competiciones y en 2018 suma ya 13 tantos.
«El martes será un momento especial para Ángel», dijo el técnico del PSG, Unai Emery, tras el partido del sábado. «Con su confianza, su experiencia y su deseo, es muy competitivo», indicó el español, muy criticado en París por la alineación que colocó en el partido de ida en Madrid.
Emery no quiso confirmar la presencia de Di María, aunque sería una sorpresa que el argentino, que no vio un sólo minuto de acción en Madrid en febrero, no estuviera entre los once para buscar la remontada. Con su velocidad y su desborde por las bandas, puede ser una pieza clave para intentar dar vuelta al 3-1 conseguido por el equipo blanco en la ida.
«Tanto Neymar como Di María son jugadores importantes, con cualidades para marcar la diferencia», señaló Emery sobre un jugador al que sólo utilizó durante 67 minutos esta temporada en la Liga de Campeones.
El extremo argentino, además, estuvo a un paso de dejar el PSG esta temporada. Su nombre sonó fuerte en el mercado de pases y los rumores lo situaron cerca del Barcelona. El PSG necesitaba equilibrar los balances tras el fichaje récord de Neymar y la salida de Di María parecía constituir una buena solución para calmar a la UEFA. Sin embargo, la ingeniería financiera en torno al fichaje de Kylian Mbappé, por quien se pagará la mayor parte del traspaso la próxima temporada, dio algo de oxígeno al club francés.
Di María se quedó en París, aunque con un rol secundario. Con Neymar, Mbappé y Edinson Cavani como titulares indiscutibles, el argentino debió conformarse con partidos de menor trascendencia en las competiciones nacionales.
Pero mañana tendrá su gran oportunidad. No sólo querrá demostrar su valía al qatarí Nasser Al-Khelaifi, jefe del PSG, y a Emery, sino también a Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid.
«Siempre quisieron atribuirme la iniciativa de salir del club, pero no fue así. Lamentablemente no soy del gusto futbolístico de alguna persona. Yo lo único que pedí es algo que fuera justo», escribió Di María en una carta de despedida del madridismo en agosto de 2014 publicada en «Marca».
Meses antes, Di María había sido una pieza clave para que el Real Madrid venciera en la prórroga al Atlético de Madrid en Lisboa y abriera una etapa hegemónica que se extiende hasta la actualidad con la conquista de tres de las últimas cuatro Champions. El argentino reclamó una mejora en su contrato, pero no hubo acuerdo con Florentino y marchó al Manchester United.
«Lamentablemente hoy me toca irme, pero quiero dejar claro que ese nunca fue mi deseo. Como cualquier persona que trabaja, siempre he querido progresar (…) Se hablaron muchas cosas y muchas mentiras», escribió el argentino entonces. Cuatro años después, es uno de los hombres al que el Real Madrid seguirá con mayor precaución en el Parque de los Príncipes.
Por Tomás Rudich (dpa)