París, 26 may (dpa) – A sus 21 años, Alexander Zverev puede exhibir un palmarés impresionante que incluye tres Masters 1000 y ser, además, el número tres del mundo. Sin embargo, el alemán tiene una cuenta pendiente, la que acaso supondría su consagración: ganar un Grand Slam.
Zverev, una de las apariciones más notables del tenis en el último tiempo, llega a Roland Garros con la mochila de no haber pasado los octavos de final de un grande, pero lanzado tras ganar títulos consecutivos en Múnich y Madrid y caer en la final de Roma ante Rafael Nadal.
«Estoy intentando no pensar demasiado lejos. Ya lo hecho antes en otros Grand Slams y he perdido pronto», dijo con prudencia el número tres del mundo y segundo favorito, que debutará mañana mismo en París ante el lituano Ricardas Berankis.
«Ha sido obviamente una temporada de arcilla fantástica para mí, ganando tantos partidos consecutivos en Múnich, Madrid y Roma. Pero hay muchos grandes jugadores aquí, Rafa, Novak (Djokovic)… están todos llegando a su mejor nivel. Creo que será un torneo muy interesante», comentó.
En el torneo, Zverev aparece en la parte de abajo del cuadro, con el suizo Stan Wawrinka, el francés Lucas Pouille y -en un eventual cuartos de final- el austríaco Dominic Thiem como potenciales rivales.
No obstante, él prefiere mantener el perfil bajo y rechaza aparecer como uno de los aspirantes a destronar a Nadal. El bajo nivel de Novak Djokovic y ausencias como las de Roger Federer y Andy Murray lo colocan como favorito, pero él no quiere cargarse de presión.
«No pienso en que voy a jugar la final con Rafa. Quiero pensar partido a partido y ahora estoy pensando en Berankis. Ésa es la mentalidad que tengo en este momento», dijo.
«Por supuesto que Rafa es el favorito en París, no hay ninguna duda», afirmó en esa medida Zverev, que insistió en su calma. «Para mí todo es partido tras partido. Espero poder jugar el mismo tenis que en las últimas tres semanas», agregó.
Y es que si Nadal cosechó triunfos en Barcelona, Montercarlo y Roma, Zverev hizo lo propio en Múnich y en Madrid, en la final ante el mismo Thiem que en cuartos había frenado en seco al español. Pero en Roma fue distinto: el número uno se impuso en un intenso partido.
¿Ánimos de revancha? Ninguno. Zverev quiere más bien encontrar, sin prestar demasiada atención a las presiones externas, una forma de llegar lejos en las dos semanas que vienen. Está muy consciente de que, a su edad, ya logró mucho.
El alemán parece haber tomado nota del consejo de Roger Federer, quien le recomendó, tras su decepcionante eliminación en Australia, que se establezca metas menos ambiciosas e intente primero llegar a unos cuartos de final o a una semifinal de un Grand Slam.
«Hay mucho escrito sobre mi actuación en Grand Slams. Pero tengo 21 años, solo he jugado 12 Grands Slams en mi vida. Para mí es normal», consideró el alemán, que fue finalista junior hace cinco años en París y de momento lidera el ranking anual de la ATP.
«Sé que tengo opciones contra cualquiera si juego mi mejor tenis», concluye Zverev, que mantiene los pies en la tierra pero sabe que esta puede ser su oportunidad.
Por Robert Semmler y Manuel Dueñas (dpa)