El viceconsejero de Industria del Principado de Asturias, Juan Carlos Campo, ha confirmado que la planificación eléctrica nacional a 2030 incluye las infraestructuras necesarias para garantizar el suministro y atender la demanda futura de energía en Asturias. Así lo trasladó en un encuentro con los sindicatos UGT y CCOO, y con la patronal FADE, en una reunión monográfica centrada en la configuración del sistema eléctrico a medio y largo plazo.

Campo, acompañado por el director general de Energía y Minería, Javier Cueli, informó a los representantes sindicales —Javier Fernández Lanero (UGT) y José Manuel Zapico (CCOO)— y al presidente de FADE, Alberto González, sobre las conclusiones de la reunión mantenida hace dos semanas en Madrid con el secretario de Estado de Energía, Joan Groizart.
Según explicó, el Gobierno de Asturias fue informado de las inversiones y proyectos previstos en la próxima planificación, entre los que figura el denominado anillo central, una infraestructura considerada clave para reforzar la red de transporte eléctrico en la comunidad.
“El Ministerio ha sido muy receptivo con las necesidades de Asturias y nuestra impresión es que la planificación es muy positiva, porque incluye lo que necesitamos para no comprometer nuestro desarrollo futuro”, señaló Campo. El viceconsejero añadió que desde la Consejería de Ciencia, Industria y Empleo se está a la espera de conocer el documento definitivo, lo que permitirá revisar el contenido y, en su caso, presentar alegaciones durante el periodo de información pública.
Campo subrayó que el reto ahora será desarrollar las actuaciones necesarias para que el refuerzo y ampliación de la red eléctrica en Asturias se materialice en los plazos previstos. “La pelota está en nuestro tejado para facilitar que esto llegue a buen puerto”, afirmó.
La planificación a 2030 se plantea en un contexto de transición energética, en el que Asturias afronta la necesidad de adaptar su estructura productiva y de garantizar que las nuevas demandas derivadas de la descarbonización y de la innovación tecnológica puedan ser cubiertas. La inclusión de proyectos estratégicos en la planificación supone, en este sentido, un aval para la seguridad energética de la comunidad y una base sólida para impulsar nuevas inversiones industriales.