(dpa) – Los supuestos módulos electrónicos de ahorro de combustible para automóviles no surten ningún efecto. Según demostró una prueba de laboratorio realizada por la revista alemana «c’t», los enchufes que se ofrecen en los mercados online son dispositivos falsos que no pueden ahorrar combustible.
Los módulos enchufables se conectan a la interfaz de diagnóstico (OBD2) que está disponible en casi todos los vehículos desde hace unos 20 años y que utilizan los inspectores o los talleres para leer los datos o las fallas del vehículo. Sin embargo, en el laboratorio se constató rápidamente que ni uno solo de los enchufes probados podía comunicarse con la electrónica del motor, y que todos ellos se limitaron a hacer parpadear sus LED. En otras palabras, se trataba en todos los casos de «chatarra eléctrica de fábrica».
Para que los compradores tengan al menos la sensación de que pueden o deben contribuir al supuesto efecto de ahorro, los estafadores utilizan tres trucos.
El primero es hacer creer que el color del enchufe es relevante. Los consumidores deben elegir el color de enchufe «adecuado» en el momento de la compra: azul o rojo para el diésel, verde o amarillo para la gasolina. Según informó la publicación, existen incluso códigos de colores para los vehículos de gas.
La segunda patraña urdida por los estafadores se refiere a un interruptor que se encuentra en la mayoría de los módulos enchufables en el interior de la placa de circuitos. Según las instrucciones de los fabricantes, este debe accionarse en determinados momentos, lo que, sin embargo, solo puede hacerse con un objeto delgado, como una aguja, a través de un pequeño orificio en la carcasa.
«Pura terapia ocupacional para distraer a los conductores», afirman los expertos de la revista. Como mucho, el botón cambia el parpadeo de los LED. Tal vez los estafadores esperaban con este truco que los compradores no se percataran tan rápidamente del engaño o que se culparan por la falta de ahorro, por ejemplo, por no haber pulsado el botón con suficiente constancia o en el momento equivocado.
Por último, y para cortar de raíz cualquier protesta incipiente de los compradores, los vendedores apelan a la paciencia de los mismos. Supuestamente, la optimización automática de la electrónica del vehículo surte efecto a partir de los 200 kilómetros de conducción, por lo que la ausencia de resultados no sorprenderá a nadie que no haya alcanzado este kilometraje.
La conclusión de la prueba: «Como era de esperar, los simples módulos enchufables OBD2 no ahorran combustible». Incluso si fuera posible aquí y allá mejorar el sistema de control del motor ya optimizado por el fabricante para lograr una mayor eficiencia, esto requeriría un esfuerzo técnico mucho mayor.
Por no hablar de la homologación para el tipo de vehículo en cuestión: si los módulos llegaran a interferir con el sistema de control del motor, su uso durante la conducción supondría la caducidad del permiso de circulación.