Pekín, 4 mar (dpa) – Fue un mega-acuerdo al que se llegó a último momento: sólo pocas horas antes de que esta semana se cerrara la ventana de transferencias del invierno en la Superliga china, el club del oeste de China Dalian Yifang anunció la contratación de Yannick Carrasco y Nicolás Gaitán. El belga de 24 años y el argentino de 30 cambiaron el Atlético de Madrid por el club chino por 48 millones de euros.
La suma desembolsada recuerda a la locura de los traspasos del año pasado, cuando los clubes chinos gastaron en el receso invernal un monto récord de 388 millones de euros en nuevas adquisiciones. En el verano (boreal) de 2017, el traspaso por 35 millones de euros del francés Anthony Modeste del Colonia alemán al Tianjin Quanjian también fue noticia. Pero este año la demanda por parte de los chinos de jugadores de Europa y Sudamérica retrocedió fuertemente.
«Toda la liga está insegura. Y eso es por la nueva penalización impositiva», dijo el conocido comentarista deportivo Yan Qiang. Las cifras oficiales aún no están disponibles. Pero Yan Qiang cree que los clubes gastaron este año un tercio de lo que gastaron el año pasado en nuevas contrataciones. El campeonato empieza este fin de semana.
Según las reglas estrictas que rigen desde el verano pasado, los clubes en China deben pagar un impuesto de un cien por ciento por la suma que costó el traspaso. Por lo tanto, por las transferencias de Carrasco y Gaitán eso suma más de 90 millones de euros.
Y en ese sentido no es bueno intentar hacer trampa, según le quedó claro al Peking Guoan, entrenado por el alemán Roger Schmidt. El presidente del club Zhou Jinhui quiso ser especialmente pícaro: cuando contrató al atacante Cedric Bakambu proveniente del Villarreal español a principios de enero, dijo que el mismo jugador había pagado «de su bolsillo» la cláusula de rescisión por 40 millones de euros.
Por lo tanto, no cabía pagar ningún impuesto, argumentó el club. Al parecer, la federación china fue muy clara en su reprimenda, porque poco después Guoan anunció que el club recuperará de inmediato «los relevantes pagos».
El caso del argentino Carlos Tevez dejó en evidencia además que no sólo será difícil para los clubes chinos contratar estrellas extranjeras, sino también mantenerlas. El año pasado, Tevez pasó de Boca Juniors al Shanghai Shenhua, donde iba a recibir un sueldo anual de 40 millones de dólares.
Pero en vez de brillar con su fútbol, Tevez se ganó las críticas sobre todo de los hinchas chinos, que se quejan cada vez más de que los astros extranjeros no van a China a jugar buen fútbol, sino a llenarse los bolsillos. La actuación de Tevez no contribuyó a cambiar esa impresión.
En toda la temporada, jugó sólo 16 veces en las que marcó cuatro pobres goles. Eso no impidió que se quejara fuertemente del país que lo estaba acogiendo: «Simplemente no saben jugar al fútbol. Por naturaleza los jugadores chinos no tienen las capacidades técnicas de los sudamericanos o europeos», dijo en septiembre en una entrevista.
En enero, el Shanghai lo dejó ir. En el futuro se trabajará más en las propias divisiones juveniles y en impulsar el talento chino, señalan ahora cada vez más los clubes, que así también están más en línea con lo que cree el Partido Comunista.
Por Jörn Petring (dpa)