Tijuana (México), 15 nov (dpa) – Otros 800 centroamericanos llegaron hoy a Tijuana, en la frontera de México con Estados Unidos, para pedir asilo en ese país, horas después de que habitantes de esa ciudad increparan a un grupo y protestaran por la continua llegada de migrantes.
«¡Qué no lleguen más, que no lleguen más!», gritaron los habitantes de la demarcación de Playas de Tijuana, en el noroeste de México, que afirman que la ciudad está saturada de migrantes y no tiene espacio para seguir recibiendo gente.
Con el nuevo grupo suman unos 1.600 los que se encuentran ya en Tijuana, limítrofe con el condado de San Diego, como parte de una ola migratoria que salió hace un mes de Honduras.
Esta caravana, la primera de tres que ingresaron a México desde Guatemala en las últimas semanas, está formada en total por más de 5.000 personas. La mayor parte todavía está en camino hacia la frontera.
Desde su salida de la ciudad hondureña de San Pedro Sula el 13 de octubre, los migrantes del grupo inicial, al que se fueron sumando otros en el camino, recorrieron unos 4.600 kilómetros hasta Tijuana en el noroeste de México.
En el punto de cruce fronterizo de El Chaparral, unos 150 de los migrantes llegaron hoy a apuntar su nombre en una bitácora para ser atendidos por autoridades de Estados Unidos para pedir asilo.
«Pasar a Estados Unidos, esa es la intención. Poder conseguir una entrevista para pedir asilo político en Estados Unidos», dijo a dpa el hondureño Franklin Barahona, un técnico en computación y celulares originario de La Ceiba que hizo el viaje con su esposa y su hijo.
Muchas personas están apuntadas en la lista para presentar su caso de asilo desde antes de la llegada de la caravana. El tiempo de espera puede ser de un mes y medio o más.
«He estado esperando para llegar hasta aquí con la caravana un mes y varios días. Imagínate cómo no voy a estar esperando otro mes. Puedo esperar todo lo posible para poder cruzar», manifestó Barahona.
Un centenar de vecinos de la zona de Playas de Tijuana increpó la noche del miércoles a algunos migrantes que acampaban en la zona y les exigieron que abandonaran el sitio y se fueran a albergues.
Los vecinos argumentaron, en declaraciones a periodistas, que la presencia de los migrantes en la zona del faro de la playa genera inseguridad y suciedad.
En Tijuana es constante el flujo de personas de distintas nacionalidades que quieren ir hacia Estados Unidos pero que muchas veces terminan asentándose en esta ciudad fronteriza, como ha sido el caso de miles de haitianos de una ola migratoria previa.
El enfrentamiento verbal se dio entre los vecinos de Playas de Tijuana, una zona acomodada, y un centenar de migrantes centroamericanos que estaban en ese sitio, donde la reja fronteriza entre México y Estados Unidos se adentra en el mar.
Es el primer incidente de este tipo que se registra desde que los primeros migrantes de esta ola migratoria, en su mayoría hondureños, pero también guatemaltecos y salvadoreños, ingresaron a México desde Guatemala por el estado de Chiapas el 19 de octubre.
Los centroamericanos recorrieron desde entonces Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Ciudad de México, Querétaro, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora hasta llegar a Tijuana.
En esa ciudad muchos albergues de migrantes están casi a su máxima capacidad y se habilitó un centro deportivo para acoger a los que van llegando.
«Ya no cabemos en Tijuana», dijo ante periodistas y vecinos Rogelio Nieves, quien anunció que el domingo habrá una marcha. «Somos demasiada gente y no tenemos la estructura. O bien acepten la ayuda y el apoyo y se vayan a los albergues», señaló.
Algunos de los migrantes aceptaron ser trasladados a un refugio, pero otros dijeron que querían quedarse ahí, en la zona del faro junto a la reja que separa México de Estados Unidos, para mostrar su presencia al presidente norteamericano, Donald Trump.
«Merecemos una oportunidad de ir a otro país, trabajar honradamente», dijo uno de los migrantes en el sitio.
El dirigente de la organización Pueblo sin Fronteras, Irineo Mujica, uno de los coordinadores de la caravana, exigió después ante la prensa que los migrantes sean ubicados en un sitio adecuado donde también se permita el ingreso de las organizaciones que los acompañan, algo que, según afirmó, se está impidiendo.
«Si el albergue no permite a las organizaciones no gubernamentales estar con los migrantes, definitivamente la mayoría de los migrantes no van a estar ahí», argumentó.
En Ciudad de México hay unas 2.400 personas de otras dos caravanas, que soportaron el miércoles muy bajas temperaturas y esperaban que mejorara el tiempo para seguir su camino.
Por Antonio Maya y Andrea Sosa Cabrios (dpa)