Cuando más por muerto se le da a una fiera, es su momento más peligroso. Si lo trasladamos al fútbol, y más en concreto al Real Madrid, es cuando un equipo tocado pero no hundido, despierta de su letargo en las competiciones domésticas para afrontar la Champions con todas las papeletas aun para ser campeón.
No se miente si se dice que el Madrid juega al «ralentí» desde hace meses, despreocupado y falto de intensidad, como si la mayoría de los jugadores aun se quedaran en Los Emiratos tras ganar a Gremio en la final del Mundial de clubes Fifa, broche a un año con un casi «sextete», esto es todos los títulos en juego, a excepción de la copa.
Una vez comenzaba 2018, con una desventaja importante con el FC Barcelona en liga, a la que se le añade la imagen en copa, con muchos apuros frente a Numancia y Fuenlabrada, más la posterior eliminación por parte del Leganés, hizo que los jugadores y el técnico se conjuraran en la máxima competición, que remedio.
Muy arriesgado es apostar toda una temporada a una carta, más aún si la carta es la eliminación directa, pero hay una simbiosis entre el club merengue y esta competición. El cambio de cara en los partidos ante el todopoderoso PSG dejo patente que en la Champions manda la experiencia, que se puede ir de «gallo» hasta el momento de enfrentarte a equipos curtidos en mil batallas, no sólo le sucede al Madrid, también otro ejemplo de «debutante» contra peso pesado, Juventus-Tottenham, en el que La Vecchia Signora de Turín usó el oficio que no el fútbol para pasar la eliminatoria.
Ambos esperan rival en la nueva jornada de Champions League, bien para seguir sumando titulos a sus vitrinas, salvar la temporada o dejar claro que la final de 2017 puede repetirse en 2018.
Zizou, hombre templado donde los haya, haciendo caso omiso a los que le cuestionaban, mandaba un mensaje claro y rotundo de apoyo incondicional a los suyos. No vamos a descubrir ahora al técnico francés, ni analizar su curriculum, ni tan siquiera cuestionar sus métodos, él y sólo él mantuvo la calma cuando todos clamaban sustituto y es que el Madrid es mucho Madrid para dejarse ir, ocupar solamente una tercera plaza o ver la final de copa desde el sofá. Pero Zidane bien sabe que todas estas penas con copas se arreglan y de conseguir la 13ª bien vale que el equipo plante una cara en casa y otra fuera.
Capítulo y mención aparte merecen jugadores como Cristiano Ronaldo, que vivió anestesiado durante muchas jornadas y que vuelve a encontrarse con el gol, además de hacerlo en su escenario favorito, Europa.
Siéntense y disfruten, pónganse el cinturón que vienen curvas, disfruten del fútbol europeo y prepárense para unos cuartos de lujo en este 2018, pero recuerde, no despierten nunca a un león dormido y menos, denle por muerto.
Loren Castro