Berlín, 9 dic (dpa) – La nueva presidenta de la Asociación de Startups (empresas emergentes) alemanas, Verena Pausder, quiere que Alemania sea un país que retenga el emprendimiento con más digitalización, más fondos para los fundadores y más «coraje empresarial».
«No podemos seguir viendo cómo los fundadores de éxito dependen del dinero extranjero para grandes rondas de financiación y algunos se van a Estados Unidos a cotizar en bolsa», declaró Pausder en entrevista con dpa. «Eso es una pérdida para nuestra economía».
El sector alemán de las startups ha crecido con fuerza en los últimos años, añadió, pero está infravalorado. El sector emplea a unas 400.000 personas y, con una valoración de empresas de 172.000 millones de euros (185.000 millones de dólares), representa alrededor del cinco por ciento de la producción económica, dijo Pausder.
«En 2018, esta cifra era de menos del uno por ciento», destacó. No se trata de que sea «bonito» que en Alemania se funden empresas emergentes, sino que es un sector con peso económico y motor de innovación, aseguró.
Pausder explicó que durante la pandemia de coronavirus, el sector alemán de las startups se benefició del auge de la digitalización y de los bajos tipos de interés de la época. Florecieron servicios de reparto como Gorillas y empresas financieras como el broker Trade Republic.
El número de startups valoradas en miles de millones se multiplicó casi por cinco desde 2018 hasta alcanzar las 33, entre ellas el banco online N26, el servicio de traducción DeepL y el operador de autobuses de larga distancia Flix.
Sin embargo, destacó, Alemania se está quedando atrás en lo que respecta al capital riesgo, que los inversores utilizan para invertir en startups que están en sus primeras fases de crecimiento.
Muchas de las empresas consiguen dinero en la fase inicial, pero para las grandes rondas de financiación suelen depender de inversores anglosajones.
En Alemania, inversores como las compañías de seguros rehúyen el capital riesgo y apenas pueden invertir en este ámbito debido a las estrictas normas de inversión. Por ello, dijo, las empresas de éxito suelen acudir a Estados Unidos para cotizar en bolsa, como el fabricante de vacunas contra el coronavirus Biontech.
Pausder pidió que se flexibilicen las normas de inversión para los inversores profesionales. «En Alemania no confiamos en la clase de activos de capital riesgo», dijo. En el país se invierten 85 euros per cápita en capital riesgo, frente a los 107 euros de Francia y los 171 del Reino Unido, indicó.
Además, la falta de digitalización en la administración dificulta la creación de empresas. «Aquí es donde más hay que trabajar», criticó la empresaria, de 44 años. Y agregó: «No pido dinero del Estado, el Estado tiene que desarrollar un mayor interés en que las empresas empiecen, salgan a bolsa y creen empleo».