Buenos Aires, 22 mar (dpa) – El ex futbolista argentino René Orlando «El Loco» Houseman, campeón del mundo en Argentina 1978 y uno de los mejores wings de la historia local, murió hoy a los 64 años.
Houseman fue un habilidoso delantero, dueño de una «gambeta» de zurda que lo convirtió en un ídolo histórico del club Huracán, y el protagonista de una vida difícil pero que dejó innumerables anécdotas al fútbol argentino.
Integró la selección argentina campeona del mundo en 1978, dirigida por César Luis Menotti, quien también lo dirigió en Huracán. Jugó 55 partidos con la camiseta argentina y convirtió 13 goles. También tuvo una actuación destacada en el Mundial de Alemania 1974.
El ex jugador padecía cáncer de lengua desde el año pasado y se encontraba hospitalizado, informaron medios locales.
Debutó en el fútbol en 1971 en Defensores de Belgrano y con sólo 20 años descolló en Huracán, donde dirigido por Menotti se convirtió en su máximo referente. Jugó en tres períodos diferentes en el «Globo» (1973-1980, 1981 y 1983) y también en River Plate, Colo Colo de Chile, AmaZulu de Sudáfrica, Independiente y Excursionistas, donde se retiró en 1985.
A lo largo de su carrera jugó 349 partidos y marcó 129 goles, un promedio de 0,37.
«Siempre estará presente en un potrero o en una gambeta», lo recordó hoy Menotti.
«Un día en cancha de Vélez tiró un túnel y yo cuando terminó el partido le dije: ‘mirá que acá hay que jugar en serio’. Y me contestó: ‘en serio yo jugaba en la villa que si perdía me tenía que ir corriendo para no quedarme sin ropa'», rememoró el ex seleccionador. «Su vida era un torbellino», dijo.
Houseman nació el 19 de julio de 1953 en La Banda, provincia de Santiago del Estero (noroeste de Argentina). Con apenas dos años, su familia se mudó a la ciudad de Buenos Aires y se instaló en una «villa miseria» (asentamiento informal) del barrio de Belgrano. La «villa» se convirtió en su lugar de pertenencia a lo largo de su vida, aún cuando el éxito profesional le permitió vivir con mayores lujos.
«Vivir ahí fue lo mejor que me pasó, en ningún lado estaba tan tranquilo como en la ‘villa’. Yo era un pibe feliz al que no le faltaba nada. Me pasaba el día entero pateando contra el paredón. Muchos critican a la gente de la ‘villa’ pero, para mí, era un orgullo. Siempre seré villero, y lo digo sin drama», declaró alguna vez Houseman a la ya desaparecida revista «El Gráfico».
Su muerte generó hondo pesar en el mundo del fútbol. «Con mucho dolor me entero del fallecimiento del Loco René Houseman. Que en paz descanses», escribió el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia.
Osvaldo Ardiles, ex compañero en la selección argentina, se manifestó muy dolido: «Falleció René. Con lágrimas en mis ojos… Hasta siempre René querido. Cuántos momentos juntos».
Ardiles aseguró que Houseman fue un «extraordinario jugador, único». «Toda la habilidad del mundo. Coraje. Rapidísimo. Adentro y fuera de la cancha. Humilde. Privilegio haber jugador tantos partidos juntos», añadió.
Daniel Valencia, otro ex integrante de la selección campeona del mundo, dijo que Houseman era «el loco más hermoso del mundo». «Todo el fútbol está de luto, las gambetas están de luto, el mejor wing del mundo», subrayó.
Houseman se convirtió en el tercer campeón del mundo argentinos en fallecer, tras las muertes de José Luis Cucciufo, que ganó en México 1986, y Rubén Galván, que integró la selección en 1978.