Londres/Luxemburgo, 15 oct (dpa) – La primera ministra británica, Theresa May, se mostró optimista sobre la evolución de las negociaciones sobre el «Brexit» y aseguró que un acuerdo que regule la salida del país de la Unión Europea (UE) está ya perfilado, dos días antes de una cumbre considerada clave en Bruselas.
«Hemos hecho verdaderos progresos en las últimas semanas tanto sobre el acuerdo de salida como en la declaración política sobre nuestra futura relación», dijo en un discurso ante la Cámara de los Comunes en Londres. Las negociaciones están «en su fase final».
Los avances serían palpables incluso en la cuestión de los controles fronterizos en la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, uno de los temas que están resultando más difíciles.
También su ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, se había mostrado optimista en declaraciones en Luxemburgo, donde se celebró hoy un encuentro de los ministros del ramo de la UE.
«Naturalmente es un momento difícil (…) era de esperar un momento así, pero debemos recordar los enormes avances que ya hemos hecho». Aún hay uno o dos temas muy difíciles, «pero creo que podremos lograrlo. Si es esta semana o no, quién sabe», añadió Hunt.
Ambos mostraron su optimismo dos días antes de una cumbre de la UE que comienza el miércoles y que se considera clave para forjar un acuerdo, pese al fracaso el fin de semana de los jefes negociadores del Brexit -Dominica Raab por Reino Unido y Michel Barnier por la UE- en terminar de forjar ese acuerdo.
Tras un encuentro el domingo, Barnier tuiteó que había cuestiones claves que seguían abiertas, en una aparente referencia a la cuestión frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, uno de los temas más espinosos.
Londres y Bruselas deben encontrar una vía para evitar la vuelta a una «frontera dura» entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, ya que esta última abandonaría la UE junto con el Reino Unido.
May volvió a rechazar la propuesta de la UE de dejar a Irlanda del Norte sola dentro de la unión aduanera y del mercado único si fuera necesario para evitar esa «frontera dura». En lugar de ello, aseguró que todo el país seguiría en caso de necesidad dentro de la unión aduanera, pero que sería sólo una solución provisional.
Las soluciones parecen difíciles en cualquier caso no sólo por Bruselas, sino por el disenso al que se enfrenta dentro de su propio Gobierno. Los «tories» de línea dura se oponen a la posibilidad de que el país siga indefinidamente en la unión aduanera, pero el norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP), del que depende su mayoría parlamentaria, ha amenazado con rechazar cualquier acuerdo que haga distinciones entre la situación de Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido.
No se esperan nuevas negociaciones hasta la cumbre que comienza el miércoles, donde May informará a sus 27 colegas antes de una cena a la que no está invitada.
Pese a la cercanía del acuerdo, todo parece indicar que no se alcanzará en la cumbre de esta semana, pese a que se tenía la esperanza de que ya estuviera listo para que los jefes de Estado y Gobierno pudieran el miércoles convocar una cumbre extraordinaria sobre el Brexit en noviembre.
«Todos son conscientes de que el tiempo es muy justo», dijo el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert. El encuentro ayudará a determinar el punto en que se encuentran las negociaciones y cómo se puede avanzar», pero no habrá acuerdo, señaló.
El fracaso en llegar a un entendimiento tras diez días de intensas negociaciones es «frustrante y decepcionante», dijo el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney.
«Queremos ver un acuerdo que calme los nervios, que nos permita avanzar con un Brexit gestionado», dijo Coveney. «Todavía creo que es posible hacerlo, pero va a llevar un poco más de tiempo de lo que muchos habían esperado», añadió.
Por su parte, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, dijo que consideraba «noviembre o diciembre el mejor momento para un acuerdo», en declaraciones al «Irish Times» y la emisora RTE.
El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, dijo hoy mientras tanto que el bloque se está preparando para cualquier escenario. «Mientras trabajamos para forjar un acuerdo, seguimos intensificando nuestro trabajo de contingencia».
Reino Unido debe abandonar la UE el 29 de marzo del próximo año. Tras ese momento habrá un periodo de transición de 21 meses durante el cual el país seguirá vinculado a las normas de la UE para evitar el caos y el coste económico para las dos partes de una salida desordenada. Ello dará también tiempo para negociar el futuro de las relaciones comerciales entre las dos partes.
La situación se agrava con la crisis interna que parece perfilarse dentro del Gobierno británico. Miembros del Partido Conservador de May han amenazado incluso con un voto de confianza sobre la jefa de Gobierno, mientras el norirlandés DUP presiona con fuerza en la cuestión irlandesa.
Por Helen Maguire y Ansgar Haase (dpa)