Barcelona, 22 mar (dpa) – El fracaso de la investidura del candidato independentista Jordi Turull en Cataluña se sumó hoy a otros dos intentos fallidos de formar Gobierno en la región tras las elecciones celebradas allí el 21 de diciembre.
El primer candidato oficial a jefe del Ejecutivo regional fue Carles Puigdemont, a quien parte del independentismo consideraba «president» legítimo. Sin embargo, su situación en Bélgica, adonde se trasladó para evitar ser detenido en España, fue un obstáculo.
A final de enero, a dos días de la sesión convocada en el Parlamento catalán para investirlo los letrados de la Cámara rechazaron la posibilidad de un nombramiento a distancia. El pleno fue cancelado en el último momento porque el líder independentista no pudo acudir al Parlamento catalán, donde debe estar presente el candidato.
Puigdemont, prófugo en Bélgica desde que fue destituido por Madrid a final de octubre, no tuvo más remedio que dar un paso a un lado y renunciar a su candidatura para facilitar la formación de Gobierno.
Los independentistas propusieron entonces formalmente a otro aspirante, Jordi Sànchez, quien se encuentra en prisión provisional e investigado por delitos vinculados al proceso soberanista.
La votación de investidura convocada para el pasado 12 marzo tampoco se llegó a celebrar porque el juez del Tribunal Supremo que lo investiga no le permitió salir de prisión para asistir a la sesión en el «Parlament», que fue suspendida «sine die».
La retirada de Sánchez como candidato llevó este miércoles a los independentistas a buscar una «opción C», la del ex consejero de la presidencia y portavoz del antiguo ejecutivo regional Turull.
El candidato está siendo investigado por sedición, rebelión y malversación, delitos vinculados al proceso independentista. Tras pasar más de un mes en prisión, en diciembre salió en libertad condicional después de pagar una fianza de 100.000 euros.
El presidente del Parlamento catalán convocó el miércoles una sesión de investidura «in extremis» para hoy, un día antes de que Turull acuda al Tribunal Supremo citado por el juez que lo investiga y que revisará sus medidas cautelares y decidirá si lo envía a prisión.
Sin embargo, la abstención del partido independentista y antisistema Candidatura de Unidad Popular (CUP) en la votación de investidura de hoy dejó sin opciones a Turull, quien no la logró mayoría absoluta necesaria para convertirse en jefe del «Govern».
Si sigue en libertad provisional, el candidato puede someterse a una segunda votación que se celebrará el sábado, en las que le bastaría una mayoría simple para gobernar.
Pero conseguirla tampoco es fácil: su partido Junts per Cataluña (JxCAT) junto a la otra formación independentista mayoritaria, Esquerra Republicana (ERC), necesitarían sumar dos apoyos a los que tienen en estos momentos, ya que Puigdemont y el ex consejero Toni Comín no pueden votar por encontrarse prófugos fuera de España.
Una opción contemplada por los analistas es que renuncien a sus actas de diputados para que otros pudieran hacerlo en su lugar. Los plazos lo dificultan, así como la posibilidad de que mañana Turull entre en prisión de forma provisional.