La limpieza del hogar muchas veces nos toma horas o incluso todo un día. Esto se debe a que probablemente no estamos poniendo en práctica algunos hábitos diarios que, aunque parezcan tontos, nos ahorran demasiado tiempo a la hora de hacer una limpieza profunda en el hogar.
Para empezar, es recomendable que siempre hagas la cama apenas te levantes. Este hábito es imprescindible para mantener el orden y la armonía dentro de tu habitación, ya que, generalmente si no la haces en cuanto te despiertas se quedará todo el día deshecha.
En segundo lugar, es aconsejable que repases brevemente la limpieza del baño cada mañana. Si lo dejas todo limpio apenas lo utilizas, luego cuando limpies a fondo, lo agradecerás, ya que, sólo tardarás un par de minutos en pasar un trapo por grifos y encimeras y te evitarás tener que frotar mucho más para eliminar la cal.
Además, intenta también sacar la basura todos los días. Tenemos la costumbre de esperar a la noche, cuando ya casi no nos queda ni una gota de energía, para armarnos de valor y por fin sacar la basura. Pero lo cierto es que, si te acostumbras a sacarla cada mañana aprovechando que tienes que salir de casa para ir a trabajar o a estudiar, evitarás que te de pereza después y decidas aplazarlo.
Y, por último, acostúmbrate a guardar tus cosas en cuanto llegues a casa. Si no lo haces, siempre tendrás unos zapatos en el salón, una chaqueta mal puesta en el sofá, unos pendientes en la mesa de noche, y así sucesivamente hasta que el desorden sea insoportable.
En pocas palabras, mantener la casa ordenada diariamente tiene muchas ventajas. Hacerlo te ocasionará menos distracciones y estrés y más paz y tranquilidad en general.
Soraya Andreina Pérez