(dpa) – El 911 Turbo de la serie 964 es considerado por muchos como el primer superdeportivo de la marca alemana Porsche y, más de 30 años después de su debut, este vuelve con una creación muy especial. En Los Ángeles, California, el restaurador y tuneador Singer acaba de presentar su Estudio Turbo, una reinterpretación del icono deportivo.
Al igual que con los 911 convencionales de los años 1988 a 1994, el director de la compañía, Rob Dickinson, ha hecho uso de muchos componentes modernizados o completamente modernos.
La nueva carrocería del estudio está hecha de carbono y lleva faros LED. El interior con aire acondicionado cuenta con un moderno sistema de infoentretenimiento y asientos eléctricos con calefacción. Los frenos están equipados con discos de carbono.
La parte trasera alberga un motor mucho más moderno. Mientras que el original se presentó en 1990 con un seis cilindros de 3,3 litros y 235 kW/320 CV, el Estudio Turbo cuenta con un motor de competición de 353 kW/480 CV aumentado a 3,8 litros, prestaciones que superan ampliamente los ya impresionantes 270 km/h del 964 Turbo de aquella época.
La pieza, que se expondrá en los prestigiosos festivales de coches clásicos Goodwood y Pebble Beach, en julio y agosto respectivamente, es oficialmente solo un estudio y pretende ilustrar el abanico de posibilidades del llamado “restomodding” o modernización de coches clásicos.
Sin embargo, Rob Dickinson ha confirmado ya la recepción de 70 pedidos para las correspondientes conversiones a turbo. Estos se comenzarán a ejecutar en los próximos meses según las configuraciones individuales de los propietarios.
Los precios varían según las exigencias y las adaptaciones. En los proyectos anteriores de Singer, las conversiones rara vez se podían adquirir por menos de 400.000 dólares estadounidenses. Y no es de esperar que la empresa abarate sus precios justamente para el modelo básico más caro de todos.