En junio del año pasado, en Córdoba (Andalucía), tuvo lugar un congreso de la AEP. En dicho evento de profesionales médicos, la Asociación Española de Pediatría abordó el importante problema que se está dando, especialmente, en la población infantil: el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, más conocido como TDAH. Actualmente, según la AEP, unos 500.000 menores lo padecen en primera persona. Lamentablemente, la tendencia a tener que diagnosticar TDAH entre los niños se mantiene al alza; es más, desde la pandemia, la situación ha empeorado.
Tal y como indica la AEP, las investigaciones que se han hecho al respecto concluyen con un dato llamativo: la heredabilidad del TDAH es de un 75 %. Según el sexo, el TDAH se manifiesta de forma distinta en la infancia: la AEP señala que las niñas, normalmente, muestran sólo falta de atención; en cambio, los niños, aparte de tener dificultades para mantener la atención, sufren episodios de hiperactividad. En ambos casos, distraerse fácilmente es un hecho: es una realidad que, habitualmente, tiene un impacto negativo en el rendimiento escolar del alumno.
Si no se aborda a tiempo, el menor con TDAH se convertirá en un adulto con un trastorno que podría perjudicarle en su entorno laboral. Afortunadamente, saber es poder: hoy día, España cuenta con especialistas en este ámbito. Concertar una cita con un psicólogo en Gijón debidamente colegiado es el primer paso para diagnosticar a la persona, indistintamente de su edad (sea niño o adulto), y comenzar a tratar el TDAH, o el problema en cuestión que se le haya diagnosticado.

El cerebro de una persona con TDAH
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo. Esto significa que la persona con TDAH tendrá dificultades para adquirir, mantener o implementar determinadas habilidades cuando sea necesario. NIH MedlinePlus Magazine (la revista de los Institutos Nacionales de la Salud en EE. UU.) explica las diferencias entre el cerebro de un paciente con TDAH y el cerebro de alguien que no lo tiene.Una de estas divergencias es la dopamina: este neurotransmisor es el que vincula la motivación que alguien siente por hacer algo con la aplicación de aquellas acciones que le van a ayudar a alcanzar su objetivo. La consecución de dicha meta genera un bienestar que, más adelante, lleva a la persona a volver a seguir los mismos pasos que la condujeron a ese estado tan placentero. Esto es lo que se conoce como «sistema de recompensa», un mecanismo que la dopamina ayuda a regular.Los niveles de dopamina en personas con TDAH están por debajo de lo habitual.De manera muy general, podemos decir que, a nivel cerebral, el TDAH impacta en:
- Los niveles de dopamina: al ser inferiores, las personas con TDAH no sienten tanto bienestar al conseguir una meta; no son tan susceptibles de entusiasmarse ante las recompensas y, por tanto, tienden a dispersar su atención. Dicho de otro modo, no centran sus esfuerzos en conseguir la meta para recibir así su recompensa.
- La corteza prefrontal, que engloba todas las tareas ejecutivas. Las personas con TDAH tienen dificultades para organizarse, tomar decisiones, encontrar soluciones efectivas a los problemas y mantener cierto nivel de autodominio (les cuesta permanecer en silencio o estar sentados durante periodos de tiempo relativamente largos).
No existe un sólo tipo de TDAH
Para realizar un diagnóstico adecuado y descartar (o confirmar) el TDAH, están las Clínicas POA. Situada a pie de calle, en la Avda. Hermanos Felgueroso (esquina con Calle La Paz), este establecimiento en pleno Gijón dispone de un equipo de psicólogos sanitarios con la formación y experiencia que requieren los pacientes con TDAH, pero también, los pacientes que sufren depresión, fobias, trastornos de la conducta alimentaria, insomnio…
Como realizar un diagnóstico adecuado es clave para saber cómo abordar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad —pues hay varios tipos de TDAH— Clínicas POA ofrece una primera consulta gratuita, presencial o a distancia, centrada exclusivamente en establecer un primer diagnóstico.
TDAH predominantemente inatento
Se estima que, más o menos, el 5 % de la población infantil tiene TDAH. El TDAH predominantemente inatento es el más común en las niñas, como indicábamos al principio del artículo. Así lo refiere la AEP. En cuanto a su definición, la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. explica que a estos pacientes les cuesta planificarse y completar sus quehaceres. La falta de atención les impide «seguir instrucciones y conversaciones».
TDAH predominantemente hiperactivo e impulsivo
Este es el segundo tipo de TDAH que menciona la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. En este caso, las personas combinan los síntomas de hiperactividad con los de impulsividad. Son pacientes que necesitan moverse continuamente (incluye no parar de hablar). Además, se dejan llevar por «ideas o sentimientos repentinos sin pensar en las posibles consecuencias».
TDAH combinado
Al parecer, el TDAH combinado es el más frecuente. En este caso, los síntomas son: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Por tanto, nos encontramos con el pack completo.
Prevalencia del TDAH en la vida adulta
Como conclusión, el TDAH es un trastorno principalmente diagnosticado en la infancia que, sin embargo, también persiste en la etapa adulta (entre el 30 y el 50 % de los casos). Además, puede limitar el desarrollo personal, académico y laboral de los niños y adultos no tratados. Las Jornadas Andaluzas de la Asociación Española de Patología, en el año 2009, ya explicaban cómo incide el TDAH en el adulto que no ha recibido orientación psicológica:
- El 46 % había sido expulsado del colegio.
- El 35 % había abandonado los estudios.
- Quienes habían conseguido trabajo no podían presumir de haber logrado un puesto atractivo; más bien, encontraban un «empleo de baja calidad».
Por otro lado, sobre todo en la adolescencia y en la adultez, el TDAH puede presentarse acompañado por la ansiedad. En su web HealthyChildren.org, la American Academy of Pediatrics (AAP) explica que la cuarta parte de los niños con TDAH padecen ansiedad, otro problema de salud mental más. La ansiedad se caracteriza por una inquietud constante que, en absoluto, ayuda a paliar los efectos de falta de atención, hiperactividad e impulsividad en los pacientes con TDAH.