(dpa) – En una época se consideraba que la dietas disociadas eran un medio milagroso para bajar de peso. Sin embargo, de pronto se dejó de debatir al respecto. ¿Cuál es la opinión de los nutricionistas en esta materia?
Este tipo de dieta, que gozó de gran popularidad durante un tiempo, prescribe ingerir proteínas e hidratos de carbono por separado y su promesa central es que pronto se alcanzará de esta manera el peso deseado.
Sin embargo, pese a que es posible adelgazar a través de este tipo de dieta, los expertos recomiendan no recurrir a esta alternativa dietaria.
La experta Manuela Marin expresa que hace tiempo que se ha demostrado que la «dieta» carece de sensatez. «Porque, en la práctica, no es posible separar los hidratos de carbono de las proteínas», dice esta especialista en ecotrofología de Berlín.
Una tesis que no se puede sostener
El concepto emana del médico estadounidense William Howard Hay, quien vivió entre 1866 y 1940. La idea de la dieta disociada se impuso por ejemplo en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, y encontró numerosos seguidores durante las décadas siguientes.
Uno de los postulados de los defensores de esta dieta disociada era que, si se consumen conjuntamente proteínas y carbohidratos, el cuerpo produce ácidos nocivos.
«Esta tesis ya no es sostenible y procede de una época en la que aún había demasiado poco conocimiento en nutrición», apunta Manuela Marin.
La experta explica que el cuerpo dispone de sistemas regulatorios que impiden la formación de ácidos nocivos. Y esto queda demostrado, fundamenta, en que también en la naturaleza los carbohidratos y las proteínas se presentan en forma conjunta.
El mejor ejemplo, puntualiza, es la leche materna. «Y esa no puede ser perjudicial».
Casi todos los alimentos contienen una combinación de proteína, grasa y carbohidratos en diferentes proporciones. La especialista manifiesta que asimismo existen diferentes combinaciones de proteínas y carbohidratos que resultan particularmente valiosas.
Entre estas se cuentan las patatas y el huevo, al igual que los cereales con leche o yogur. Con estos pares de alimentos, el organismo puede procesar especialmente bien las proteínas contenidas.
La clave para bajar de peso
Pero, entonces, ¿cómo se explica que algunas personas hayan tenido éxito en bajar de peso a través de estas dietas disociadas?
Para la nutricionista, esto no resulta sorprendente. Marin explica que «bajar de peso es una cuestión de la ingestión de calorías por un lado y del consumo de calorías por el otro. Quien consume más de lo que ingiere, baja». Y cumplir este tipo de premisa también resulta posible con una dieta disociada.
El concepto tampoco es que esté totalmente mal, según Marin, quien indica que contiene algunas recomendaciones oportunas.
La experta menciona como ejemplo el aumento del consumo de frutas y verduras crudas y de productos integrales. Además, la dieta disociada aconseja comer despacio y masticar bien. Este es un consejo que los expertos siguen suscribiendo hoy en día.
De todas maneras, apunta Manuela Marin, como «alimentación a largo plazo, la dieta disociada no es recomendable». Y su fundamentación es que quien se atiene estrictamente a ella, puede arriesgarse a padecer falta de proteínas, calcio, yodo, hierro e importantes ácidos grasos.
Reducir los carbohidratos puede ser sensato
También la asistente de dietas Heike Dethard recomienda no apostar como una forma de alimentación saludable a la separación de carbohidratos y proteínas.
«Profesionales como dietistas, nutricionistas y ecotrofólogos nunca han recomendado la dieta disociada», dice, «y esto no ha cambiado. Creo que su importancia es aún menor actualmente que hace unos años».
La experta comenta que puede ser conveniente reducir un poco la proporción de carbohidratos dentro de la dieta, pero esto no necesariamente debe suceder en el marco de una alimentación disociada.
Y también admite que no todo en este planteamiento resulta equivocado. «La dieta disociada de Hay es rica en fibra y una forma de alimentación predominantemente lacto-vegetariana. Tiene un contenido moderado de grasa y energía», dice Dethardt.
«Esto explica los éxitos alcanzados en la pérdida de peso. Pero no requiere la separación de las sustancias nutritivas», apunta.
Combinar correctamente los nutrientes
Por lo general, en algunos casos puede tener sentido prestar atención a la combinación de determinados nutrientes, en vista de una alimentación lo más sana posible.
«Por ejemplo, el ácido oxálico, que se encuentra en el ruibarbo, la espinaca o la acelga, puede dificultar la absorción del calcio, el magnesio y el hierro», dice la nutricionista Marin.
«Sin embargo, esto no suele ser importante en una dieta variada de personas sanas». En cambio, especifica que sí puede resultar de relevancia para los veganos o las personas que padecen enfermedades renales.
Los nutrientes también pueden tener un efecto especialmente positivo: «La vitamina C mejora la absorción del hierro», dice Marin. «Por eso tiene mucho sentido rociar sobre la carne la rodaja de limón que se suele servir con los escalopes».
Sin embargo, estas correlaciones solo se refieren a la absorción y aprovechamiento óptimos de los nutrientes. Estos conocimientos en el área de la nutrición no tienen nada que ver con la reducción de peso, como es el objetivo de la dieta disociada.
Por Julia Felicitas Allmann (dpa)