Algunos dolores corporales o síntomas ordinarios, aunque parezcan inofensivos pueden ser la señal de auxilio del organismo para indicarte que algo no está bien dentro de ti.
A continuación, te mencionaremos algunos de los más importantes que no deberías dejar pasar por alto bajo ninguna circunstancia.
Dolor de espalda
La Sociedad Española de Reumatología (SER) lo ha cuantificado: el 80 % de la población sufrirá dolor de espalda en algún momento de la vida.
A menudo se debe a esfuerzos o a una mala postura, pero en el peor de los casos, puede indicar la existencia de una hernia discal. El dolor que produce en el cuello irradia hacia el hombro y el brazo. Es muy típica la sensación de hormigueo y entumecimiento en este último y en la mano. En la ciática o radiculopatía la molestia se ubica en las lumbares y se extiende a lo largo del nervio, pinzado hacia los glúteos y la pierna.
Uñas blanquecinas
Una proteína rica en azufre, la queratina, forma las uñas que protegen los tejidos de los extremos de los dedos. Si lucen rosadas y traslúcidas, podemos estar tranquilos. Las alteraciones en su coloración indican algún problema dermatológico, enfermedades sistémicas que afectan a varios órganos del cuerpo, infecciones por hongos, intoxicaciones o secuelas por el consumo de determinados fármacos.
Canas prematuras
El blanqueamiento del pelo es el resultado de la decoloración natural vinculada al envejecimiento. Este fenómeno afecta tanto a hombres como a mujeres y aparece por lo general entre los 35 y los 40 años. Aunque los jóvenes cuya melena empiece a teñirse de canas antes de tiempo deberían estar alerta porque puede ser un síntoma de anemia o de alteraciones en la glándula tiroides. En ocasiones apunta a una deficiencia en la ingesta de algunas vitaminas, básicamente las del llamado complejo B.
Tos persistente
El cuerpo recurre a un reflejo involuntario muy eficaz, toser, para mantener despejadas las vías respiratorias. Pero las sacudidas constantes que provoca ocasionan a veces dolores de cabeza, náuseas o incontinencia urinaria. Los neumólogos consideran persistente la tos cuando dura más de tres semanas.
Soraya Andreina Pérez