Hannover/Bremen, 7 abr (dpa) – Líneas curvas, mucho cromo y ninguna preocupación por el consumo de combustible son características propias de muchos coches antiguos, de los que cada vez se ven más en las carreteras de Alemania.
Según datos de la Oficina Federal de Vehículos de Motor, a principios de 2018 circulaban 477.386 vehículos históricos en el país, es decir un 11 por ciento más que el año anterior.
Solo los vehículos mayores de 30 años y considerados «bien cultural histórico» tienen permitido llevar la letra H al final de la placa de matrícula. Para el propietario, esto puede redundar en ventajas impositivas y relacionadas con los seguros.
No obstante, no todos los vehículos entrados en años llevan una H en la matrícula. De un total de 63,7 millones de coches registrados al 1 de enero de 2018, entre ellos coches, motocicletas y remolques, los vehículos de más de 30 años sólo sumaban 600.000 unidades, es decir, un uno por ciento. Cuando el coche es de baja cilindrada, la matrícula con la letra H no reporta ventajas impositivas.
La región alemana con más vehículos históricos registrados es el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, donde circulan 107.876 unidades, entre ellos coches (97.715), camiones, motocicletas y también remolques.
Desde hace años, los modelos Daimler encabezan la lista de las marcas preferidas, seguidos por los Volkswagen y los Porsche, señala la Asociación de la Industria Automotriz (VDA).
Horst F. Beilharz no sólo conserva un Jaguar modelo 1965 en el garaje, sino también un cupé Mercedes 1957 que adquirió hace años en Suecia. Según Beilharz, de 74 años, sólo fueron producidas 1.900 unidades de este modelo. Tanto el Jaguar como el Mercedes circulan con la matrícula que termina en H. «Esos son coches con los que se sueña de joven y que después uno se compra cuando es mayor y dispone de medios», comenta.
Las aseguradoras ofrecen tarifas reducidas para vehículos antiguos porque saben que los propietarios los mantienen y cuidan con esmero. Para Beilharz, un veterano no sólo está para ser admirado, ya que «al fin y al cabo, se trata de un automóvil y no de un auto inmóvil». Por eso viaja a menudo con su cupé por el sur de Inglaterra. En ese viaje, «el camino es la meta», concluye.