Existe una frase hecha que dice “necesitar algo como el aire para respirar”, que nos da la clave sobre la importancia que tiene el respirar para los humanos. Al inhalar, respiramos gases que son fundamentales para nuestra vida, fundamentalmente oxígeno, pero también nitrógeno, pero también otros gases como el argón, neón, criptón, helio, dióxido de carbono y vapor de agua.
Es el oxígeno el factor fundamental para nuestra supervivencia, puesto que cada una de nuestras células necesita de ese gas para sobrevivir. Sin embargo, determinadas patologías pueden provocar que la concentración de oxígeno en nuestras células no sea la suficiente, poniendo en peligro nuestras vidas.
Patologías con tratamiento con oxígeno
Las patologías que hacen que el enfermo necesite de oxígeno adicional para su supervivencia son, fundamentalmente, enfermedades pulmonares crónicas, en las que, en algunos momentos en los que la enfermedad se manifiesta de una manera crítica, deben recibir el denominado tratamiento de oxigenoterapia.
También hay patologías que hacen que el nivel de oxígeno que transporta la sangre por todo el cuerpo, una vez la toman de los pulmones y la piel, es alarmantemente bajo. Este es el caso de personas con enfermedades como la fibrosis quística, que necesitan un tratamiento con oxígeno de manera diaria.
Gracias a este tratamiento de oxigenoterapia, se ha demostrado que se aumenta el tiempo de supervivencia. Además, cuantas más horas al día se lleve a cabo este tratamiento, mejores son los resultados a nivel de longevidad. La clave de este tratamiento es que se alivia la dificultad respiratoria que se manifieste y se reduce la tensión que causan las enfermedades pulmonares sobre el corazón.
Sistemas de oxigenoterapia
La oxigenoterapia puede llevarse a cabo mediante tres sistemas. El primero de todo es el de oxígeno líquido, que se almacena de forma líquida a muy baja temperatura en un tanque y, en la medida que se libera, vuelve a tomar su forma gaseosa original y la persona puede respirarlo.
El sistema de gas comprimido es muy similar al anterior, pero el gas se comprime en lugar de licuarse para introducirlo en el tanque bajo presión, para liberarse a medida que la persona la respira.
Finalmente, el tercer sistema es el de los concentradores de oxígeno. Un concentrador de oxígeno es un aparato que, mediante la alimentación eléctrica de una batería o de una toma de luz, capta el aire del exterior para luego filtrar todas las impurezas y separar de ese aire sólo el oxígeno que necesita la persona para respirar.
Ventajas del concentrador de oxigeno
Son muchas las ventajas del concentrador de oxígeno. De hecho, su único inconveniente es que su tamaño es algo más grande que el de las máquinas que funcionan con almacenamiento de oxígeno portátiles; pero eso no es tampoco un gran problema, puesto que no es un tamaño que impida ser llevado a todas partes, gracias a sus ruedas.
El concetrador de oxígeno no necesita que el paciente o sus familiares tengan que disponer de una ampolla nodriza en sus hogares para el llenado del depósito, como es el caso de los sistemas de oxígeno portátiles por almacenamiento. Además, ambos sistemas dependen de la duración de las baterías, algo en lo que hay que prestar una especial atención para no encontrarse en el exterior o lejos de casa con éstas agotadas.
En definitiva, el concentrador de oxígeno no necesita recibir suministros de oxígeno en forma de bombonas nodriza, ni tampoco la carga regular del depósito. Además, el oxígeno se toma de manera pulsada, es decir, cuando se inhala. En el caso de los sistemas de oxígeno portátil por depósitos, en los que el oxígeno sale de manera continua, en el caso de los concentradores el paciente toma exactamente el oxígeno que necesita.
Determinar el mejor sistema
Quien debe determinar qué sistema es el mejor para un paciente de oxigenoterapia no es otros que el médico especialista, como experto que es. Es bastante habitual que su recomendación acabe siendo la de un concentrador, puesto que muestra muchísimas más ventajas respecto a los otros dos sistemas.
El precio de los concentradores portátiles es algo más alto que el de los sistemas portátiles con depósito, pero en España existen muchas opciones para adquirirlos, incluso financiados, y también la posibilidad de alquilarlos.
Es importante, también que consultemos con el médico especialista sobre todas estas opciones. Nadie mejor que un experto para explicarnos a fondo cómo funcionan todos estos sistemas, recomendar el más adecuado para un tratamiento y también las posibilidades que puede tener el paciente para su compra o alquiler.
Es evidente que estos sistemas proporcionan una mayor independencia al paciente y la posibilidad de poder realizar también terapéuticos paseos de extensión adecuada a lo que dicte el médico especialista, que también son importantísimos en patologías pulmonares como las que hemos descrito a principio de este artículo.