Madrid/Barcelona, 7 mar (dpa) – Las decisiones adoptadas en las últimas horas por la Justicia española complican que Jordi Sànchez, candidato del independentismo y encarcelado provisionalmente desde octubre, sea investido el lunes presidente del Gobierno de Cataluña.
Sànchez tiene que salvar dos obstáculos para llegar al cargo: salir de prisión para estar presente en la Cámara regional, requisito «sine qua non» para poder someterse a la votación de investidura, y conseguir mayoría de apoyos entre los grupos parlamentarios.
Hoy, el diputado independentista recibió el primer golpe cuando el Tribunal Constitucional español denegó su petición de excarcelación, que fue cursada el martes tras su designación oficial como candidato.
La decisión no resuelve el fondo de un recurso de amparo que presentó Sànchez en noviembre, que está siendo estudiado por el alto tribunal, aunque en principio no se espera una decisión antes del lunes.
Los magistrados argumentan que acceder ahora a la puesta en libertad equivaldría al «otorgamiento anticipado» del amparo solicitado.
Rechazada la petición de excarcelación por parte del Constitucional, otra de las opciones que tiene el candidato para asistir el lunes a la sesión de investidura es que el juez del Tribunal Supremo que actualmente instruye la causa del proceso independentista, Pablo Llarena, lo deje en libertad o le otorgue un permiso especial.
Pero el magistrado dio hoy cinco días a las partes para que se pronuncien sobre la petición de Sànchez, lo que significa que podría no tomar una decisión antes de lunes, día fijado para el pleno.
En caso de que Sànchez consiga finalmente acudir al «Parlament», el candidato tendrá que salvar otro escollo para convertirse en jefe del Gobierno catalán: recabar el apoyo del partido separatista Candidatura de Unidad Popular (CUP), que hasta ahora no lo respaldó.
Pese a los obstáculos, los dos principales partidos independentistas, Junts per Catalunya (JxCAT) y Esquerra Republicana (ERC), consideraron hoy factible el nombramiento de su aspirante.
«Jordi Sànchez continúa siendo nuestro candidato a la investidura. No entenderíamos que el Supremo no se apresurara a resolver la petición de libertad», dijo el diputado de JxCAT Eduard Pujol.
Los grupos antiindependentistas, por otra parte, dieron por imposible la investidura y pidieron al presidente del «Parlament» catalán, el independentista Roger Torrent, que suspenda el pleno del lunes.
«No se puede investir telepática ni telemáticamente a un huido de la justicia ni a un encarcelado», dijo la líder del partido liberal Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas.
«Una vez confirmado que Sànchez no puede ser candidato a la Generalitat (Gobierno catalán) exigimos al presidente del Parlament que no espere al último minuto para desconvocar el pleno y lo haga de manera inmediata», expresó en Twitter el líder en Cataluña del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, Xavier García Albiol.
JxCAT y ERC acordaron esta semana designar a Sànchez candidato a la investidura después de que el ex jefe del Gobierno catalán Carles Puigdemont diera un paso a un lado para facilitar el desbloqueo de la situación en la región, cuya autonomía está intervenida por Madrid.
Puigdemont permanece en Bélgica desde octubre, cuando fue destituido por el Gobierno español de Mariano Rajoy, para evitar ser detenido en España, donde está siendo investigado por sus planes separatistas.
La gran incógnita es si el presidente del «Parlament» pospondrá el pleno del lunes en caso de que Sànchez no pueda asistir de forma presencial, al igual que hizo a final de enero al comprobar que el entonces candidato, Puigdemont, no acudiría.
Jordi Sànchez, de 53 años y ex líder de la entidad civil independentista Asamblea Nacional Catalana (ANC), fue enviado a prisión de forma provisional en octubre junto a Jordi Cuixart, líder de otra organización separatista, Òmnium Cultural.
Ambos están siendo investigados por un delito de sedición en relación a concentraciones que tuvieron lugar en septiembre en Barcelona.
Por Ana Lázaro Verde (dpa)