Asturias es una tierra que lo tiene todo. Paisajes verdes que parecen sacados de una postal, una costa salvaje de acantilados y playas escondidas, pueblos que conservan el sabor de lo tradicional y una gastronomía que conquista hasta al paladar más exigente. Pero si de verdad quieres vivir la esencia de esta comunidad del norte de España, necesitas algo más que contemplar: necesitas experimentar. Y para eso, nada como apuntarse a las actividades más auténticas que ofrece la región.
Senderismo entre montañas y miradores naturales
La cordillera Cantábrica atraviesa Asturias de este a oeste y convierte el Principado en un paraíso para los amantes del senderismo. Los Picos de Europa son, sin duda, el escenario más emblemático. La Ruta del Cares, que une Caín y Poncebos, es una de las más espectaculares: un desfiladero tallado entre montañas, con un camino serpenteante que te regala vistas impresionantes a cada paso. También puedes subir al mirador de Ordiales o recorrer los lagos de Covadonga, donde el silencio solo se interrumpe por el sonido de los cencerros de las vacas.
Para quienes buscan algo más tranquilo pero igualmente bello, el sendero de la Senda del Oso es ideal. Se trata de una antigua vía ferroviaria convertida en camino verde, perfecta para hacer en bicicleta o caminando en familia. Recorre valles y túneles, y permite avistar la fauna local en un entorno respetado y protegido.
Rutas costeras con sabor a mar
Además de su interior montañoso, Asturias cuenta con una costa impresionante. Desde Llanes hasta Cudillero, pasando por playas salvajes como la del Silencio o la de Torimbia, se despliegan acantilados abruptos, cuevas marinas y calas de aguas turquesas que invitan a perderse.
Una de las experiencias más recomendadas para descubrir este litoral es hacer una ruta en barco por los Acantilados del Infierno. El nombre impone, pero el paseo es una maravilla: navegar frente a estos gigantes de piedra, ver cómo las olas los golpean con fuerza y observar el juego de luces que se forma al atardecer, es algo que no se olvida fácilmente. Muchas empresas locales organizan estas excursiones con guías que explican la historia y geología del lugar, añadiendo valor al recorrido.
Turismo activo: adrenalina en estado puro
Si eres de los que no conciben las vacaciones sin una buena dosis de acción, Asturias no te defraudará. El descenso del Sella en canoa es uno de los clásicos: una actividad divertida, apta para todos los públicos, que consiste en remar unos 15 kilómetros río abajo mientras disfrutas de paisajes verdes, playas fluviales y momentos para el baño. Se celebra cada verano el famoso Descenso Internacional del Sella, una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional que combina deporte, música y tradición.
Otras opciones de turismo activo incluyen la escalada en roca, la espeleología en las cuevas de Pando o Pimiango, y el barranquismo en ríos como el Vallegón o el Rubó. La variedad de escenarios naturales permite practicar actividades al aire libre durante todo el año, sin necesidad de grandes desplazamientos.
Pueblos con encanto y cultura viva
Asturias también se descubre callejeando por sus pueblos, muchos de los cuales parecen detenidos en el tiempo. En el oriente, Lastres combina casas colgadas con vistas al Cantábrico, y en el occidente, Luarca muestra su belleza marinera en cada esquina. Cudillero, con sus fachadas de colores y su forma de anfiteatro natural, es otro de esos lugares que enamoran al primer vistazo.
No te vayas sin visitar alguna fiesta local o mercado tradicional. Aquí, el folclore sigue muy vivo y se celebra a lo grande. Ya sea una espicha con sidra, un festival de gaitas o una feria de productos artesanos, siempre hay alguna actividad que te conecta con la gente del lugar.
Navegar para descubrir otra Asturias
Y si te quedas con ganas de más mar, una excelente manera de recorrer la costa asturiana desde otra perspectiva es apuntarte a un paseo en barco por Asturias. Estas salidas suelen tener una duración de entre una y tres horas y permiten disfrutar de la costa desde una perspectiva privilegiada: ver delfines, acercarse a cuevas inaccesibles desde tierra o simplemente relajarse con el sonido del mar como banda sonora. Algunos recorridos incluyen paradas para el baño o degustaciones de productos locales a bordo.
Además, si viajas en pareja o buscas una experiencia diferente, puedes optar por un paseo al atardecer o incluso alquilar un barco privado con patrón para explorar a tu ritmo.
Asturias gastronómica: el sabor como actividad
No podemos hablar de actividades en Asturias sin mencionar su gastronomía. Aquí, comer es casi una experiencia turística en sí misma. Apúntate a una visita a una quesería para ver cómo se elabora el Cabrales, o a una sidrería para aprender a escanciar como un auténtico asturiano. Algunos restaurantes ofrecen talleres de cocina tradicional, donde puedes preparar tu propia fabada o probar diferentes cachopos.
Y si prefieres algo más relajado, haz una ruta gastronómica por los chigres de Oviedo o Gijón, probando tapas, sidra natural y platos típicos con sabor a tierra y mar.