Berlín, 9 mar (dpa) – El Gobierno alemán anunció hoy que eliminará según lo previsto el 20 de marzo las principales normas anti-covid, pero aclaró que los estados federados tendrán instrumentos para actuar en caso necesario.
Está previsto que la obligación de llevar mascarilla o realizarse pruebas puedan seguir vigentes en determinados ámbitos como medidas básicas, explicaron en Berlín el ministro de Salud, Karl Lauterbach, y el de Justicia, Marco Buschmann.
A pesar de que las cifras de contagio están creciendo, el Gobierno considera que Alemania está bien equipada para los próximos meses con la nueva normativa prevista, que entrará en vigor con el inicio de la primavera europea.
En los puntos con un nivel de incidencia especialmente alto de la enfermedad podrán aplicarse medidas más estrictas. Estos lugares pueden ser barrios, ciudades, regiones o todo un estado federal, dijo Lauterbach.
«Todavía tengo la esperanza de que podamos controlar el aumento de casos», agregó el ministro.
El Instituto Robert Koch (RKI) informó hoy de que la incidencia en siete días aumentó por séptimo día consecutivo hasta los 1.319 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en Alemania.
Buschmann expresó por su parte el deseo de «poder controlar bien la situación con este conjunto de instrumentos».
En concreto, está previsto que los estados federados puedan seguir ordenando el uso obligatorio de mascarillas en hospitales y residencias de ancianos, así como en el transporte público.
También será posible exigir la realización de pruebas obligatorias en dichas instalaciones para grupos especialmente vulnerables, así como en las escuelas.
Según Buschmann, se está volviendo a la normalidad en la medida de lo posible en todos los lugares donde hay menor riesgo.
Añadió que cuando sea necesario se podrá exigir la obligación de llevar mascarilla, mantener la distancia social, otras medidas de higiene, o pedir certificados de vacunación, convalecencia o pruebas obligatorias, añadió.
Lauterbach dijo que la normativa estará vigente hasta el 23 de septiembre, cuando se aprobará una nueva ley para hacer frente a la previsible ola de otoño de la enfermedad.
«Creo que hemos llegado a un buen acuerdo», dijo Buschmann en declaraciones al canal público ZDF.
Un compromiso que se basa en dos pilares: no habrá «prácticamente más restricciones en la vida cotidiana de los ciudadanos», salvo el uso de mascarillas y pruebas en los lugares donde hay muchas personas vulnerables, como hospitales y residencias de mayores.
Las mascarillas podrían seguir siendo obligatorias en el transporte público. «Por supuesto, no está previsto levantar todas las restricciones», dijo Lauterbach.