(dpa) – Los patinetes eléctricos de alquiler ya forman parte del paisaje urbano en muchas ciudades en las que la economía colaborativa está dejando cada vez más su huella en la movilidad, pero también en la naturaleza.
Entre los arbustos, en los parques o en los lagos: casi no hay lugares donde no se encuentran tirados estos patinetes.
En un esfuerzo por salvar sus vías fluviales del creciente número de scooters oxidados, una ciudad alemana recurrió a robots para limpiar el lecho del río.
Las autoridades de la ciudad de Colonia están preocupadas por el creciente número de monopatines eléctricos que se arrojan al río Rin y porque las baterías pueden contaminar el agua. Con la ayuda de drones submarinos buscan ahora los scooters abandonados.
Sin embargo, declararon que hasta el momento no ha habido ningún indicio de que se haya producido una contaminación a causa de las baterías. En tanto, un buzo informó a los medios locales que se hallaron más de 500 patinetes eléctricos en el fondo del Rin.
Por su parte, las empresas de alquiler señalaron que un dron submarino calculará el número de scooters que se encuentran en el río para que puedan ser recuperados por los buzos.
El riesgo medioambiental no es la única preocupación que genera esta nueva tendencia de movilidad eléctrica. Los patinetes mal aparcados y los conductores que circulan a gran velocidad por las aceras han convertido a estos vehículos en un elemento no deseado en varias ciudades.
Si bien en Alemania está prohibido movilizarse con monopatines eléctricos por las aceras, está permitido que los estacionen allí. Desde que se extendió el uso de scooters, la Asociación de Ciegos y Personas con Deficiencia Visual advierte permanentemente que el riesgo de tropezar con un vehículo mal aparcado es mucho mayor para las personas no videntes.
En todo el mundo se ha registrado un aumento de fracturas de cráneo, laceraciones, contusiones, quemaduras, lesiones cerebrales, de la columna o dentales y otros traumatismos causados por el uso de los patinetes eléctricos.
Varios estudios han demostrado que esta nueva forma de movilidad ha generado miles de lesiones de todo tipo, sobre todo entre los conductores más jóvenes.