(dpa) – Las mascarillas quirúrgicas están pensadas en un principio como productos desechables. Sin embargo, en su uso diario y en un ámbito privado se pueden utilizar durante más tiempo siempre y cuando se den determinadas condiciones.
«Si solo se han humedecido al respirar, se pueden secar y reutilizar, pero únicamente si la usa siempre la misma persona», explica el infectólogo alemán Peter Walger.
En lo que sí hace hincapié este experto es en el secado. No hay que meter las mascarillas ni en el horno ni en la lavadora, señala Walger, portavoz de la junta directiva de la Sociedad Alemana de Higiene Hospitalaria.
Al ponerse y quitarse la mascarilla, hay que tener cuidado y evitar que la parte interior de la mascarilla entre en contacto con la parte exterior o con las manos.
Walger apunta asimismo que el tapabocas puede usarse durante varios días siempre que se cuelgue para que se seque después de utilizarlo.
No obstante, aclara: «No hay una norma concreta al respecto, porque nos movemos aquí en un ámbito en el que las mascarillas quirúrgicas no se utilizan como es debido, ya que en realidad son productos desechables». Si se tuviera que emplear con fines médicos, no se podría reutilizar.
En el ámbito privado también hay que ser cautelosos. Si la mascarilla quirúrgica está sucia o muy empapada, debe desecharse. Lo mismo ocurre si se tose o se estornuda con ella puesta.
Walger aconseja a los que se desplazan durante largos periodos de tiempo que lleven consigo varias mascarillas quirúrgicas. «Porque aunque sea uno mismo el que tosa o estornude con la mascarilla puesta, es mejor cambiarla», destaca.