El tren vive un renacer en España y se ha convertido en una alternativa cómoda y sostenible frente al coche y al avión. Cada vez más personas lo eligen para escapadas de fin de semana o viajes de trabajo, disfrutando de sus ventajas.

La comodidad es una de ellas: menos controles, más espacio para moverse y la posibilidad de leer, trabajar o simplemente mirar por la ventana. Para quienes tienen poco tiempo libre, es una manera de viajar sin estrés añadido.
La sostenibilidad es otro factor clave. El tren genera muchas menos emisiones que el avión o el coche, y en un momento en que la conciencia ecológica pesa más en nuestras decisiones, se convierte en la opción más coherente.
Los servicios de alta velocidad han acortado distancias: ciudades como Valencia, Sevilla o Zaragoza están más cerca de Madrid o Barcelona que nunca. Y los trenes regionales facilitan llegar a pequeños destinos que antes pasaban desapercibidos.
Redescubrir el tren es también recuperar la idea de que viajar forma parte de la experiencia. Frente a la prisa y el cansancio de otros medios, el ferrocarril devuelve al viaje un ritmo más humano.