La movilidad sostenible se ha convertido en uno de los ejes principales de las políticas públicas en España. En el norte, con comunidades como Asturias, Galicia, Cantabria y el País Vasco, los retos se multiplican debido a su orografía, dispersión poblacional y particularidades urbanas. Sin embargo, estos territorios también cuentan con oportunidades para liderar un cambio hacia un transporte más limpio, eficiente y adaptado a las necesidades ciudadanas.

El contexto en el norte
Las ciudades del norte de España, como Oviedo, Gijón, Santander o Bilbao, concentran gran parte del tráfico rodado, con los problemas de contaminación y congestión que ello supone. En paralelo, los entornos rurales y las pequeñas localidades presentan un escenario muy distinto: falta de transporte público frecuente, necesidad de vehículo privado y riesgo de aislamiento para parte de la población, especialmente personas mayores.
Este contraste hace que las políticas de movilidad tengan que ser más flexibles y adaptadas al territorio, combinando soluciones urbanas y rurales.
Retos principales
Entre los grandes desafíos que afronta el norte de España en materia de movilidad destacan:
- Reducir la dependencia del coche privado en ciudades medianas y pequeñas, donde todavía es el medio de transporte más utilizado.
- Impulsar el transporte público, con más frecuencias, mejor coordinación entre tren y autobús, y tarifas asequibles.
- Apostar por infraestructuras ciclistas y peatonales, que en muchos lugares son todavía insuficientes o discontinuas.
- Superar las limitaciones geográficas, ya que la orografía del norte dificulta tanto el trazado de nuevas carreteras como la implantación de redes ferroviarias rápidas.
Oportunidades de transformación
Pese a los retos, el norte de España cuenta con un gran potencial para liderar la transición hacia una movilidad más sostenible. Algunas de las claves son:
- Ferrocarril de cercanías y media distancia: proyectos de modernización como el Plan de Cercanías en Asturias y Cantabria pueden mejorar la conexión entre ciudades y reducir el uso del coche.
- Electromovilidad: la red de puntos de recarga para vehículos eléctricos está en expansión, lo que puede impulsar la adopción de coches menos contaminantes.
- Movilidad compartida: el uso de servicios como el carsharing o el motosharing puede ser especialmente útil en ciudades medianas y turísticas.
- Fondos europeos: programas como los Next Generation EU ofrecen financiación para proyectos de transporte sostenible, desde autobuses eléctricos hasta planes de movilidad urbana.
Asturias como ejemplo
En Asturias, el Gobierno del Principado y los ayuntamientos están impulsando medidas como el refuerzo del transporte público, la ampliación de carriles bici y la mejora de la red ferroviaria. Ciudades como Gijón han apostado por autobuses eléctricos, mientras que en concejos como Carreño los vecinos demandan más opciones de transporte interurbano que conecten de manera eficiente Candás con Oviedo y Gijón.
El futuro de la movilidad en el norte de España pasa por integrar sostenibilidad y accesibilidad. Se trata no solo de reducir emisiones, sino de garantizar que todos los ciudadanos —en ciudades o en zonas rurales— puedan desplazarse de manera eficiente, segura y asequible.
La transición hacia un modelo más verde no será inmediata, pero con inversión, innovación y planificación territorial, el norte de España puede convertirse en un referente de movilidad sostenible y equilibrada.