No hay nada como viajar para conocer un lugar nuevo y disfrutar de unos días de ocio y desconexión de la rutina. No hay nada como celebrar una fiesta que haga saber a todo el mundo que tu mejor amigo se casa. Bueno, sí que lo hay, combinar ambas cosas para disfrutar de lo mejor de cada una.
El turismo sigue batiendo cifras de récord, y la celebración de las despedidas cada vez se está volviendo algo más original y en lo que los participantes invierten más dinero. ¿El resultado? Algo que beneficia a todas las partes, tanto a los que viajan y celebran como a los dueños de negocios relacionados con el sector hotelero que saben cómo aprovechar este jugoso filón.
Las ciudades de interior han demostrado ser las favoritas para esta mezcla. Dejar a un lado los destinos de costa y sol para apostar por un pueblo acogedor o una gran urbe se ha convertido en una tendencia cada vez mayor; aunque no sea del agrado de todos. Y es que no son pocos los ayuntamientos que han decidido tomar cartas en el asunto y prohibir según qué cosas para evitar que la situación se vaya de madre cuando se mezcla una despedida con las ganas de fiesta, el alcohol y la pérdida de la vergüenza.
De todas las localidades que alberga la geografía española, las grandes favoritas para mezclar turismo y despedida son, de lejos, Madrid y Barcelona. La capital catalana incluso sobresale en este grupo por la variedad y la calidad de las actividades que ofrece a los que la visitan para celebrar el adiós a la soltería de uno de los integrantes del grupo.
Las despedidas soltero Barcelona pueden ser perfectas si se sabe aprovechar todo lo que esconde la Ciudad Condal. Hay discotecas, hay bares, hay lugares con un encanto inigualable, actividades deportivas, de riesgo, alojamientos de todo tipo; hasta los mejores club de strip tease se reúnen en esta urbe. Si, merecen mención porque todos sabemos cuál se ha convertido en uno de los elementos más icónicos de las despedidas, por mal que pese a muchos.
Imagina por un momento: llegada a la ciudad, descanso para soltar las cosas en el hotel, baño en la piscina y primeras copas, almuerzo en un restaurante en pleno centro, fiesta en barco con buena música y mejor bebida, cena en restaurante temático, limusina desde el local hasta un reconocido strip club para disfrutar de una inolvidable stag party Barcelona y, para rematar, un poco de «after» en cualquiera de los lugares que deciden abrir hasta que las calles se vacíen (aunque eso es casi imposible en la capital). Ahora, súmale al día siguiente salir a conocer el lugar, visitar algún museo, echar un ojo a sus monumentos o edificios más emblemáticos a pie, o hacerlo con un Beer Bike para amenizarlo todo con un toque diferente.
Es una posible combinación, la primera que se te puede venir a la cabeza; pero con tantas posibilidades, las variantes son prácticamente infinitas y componen la prueba fehaciente de que es más que posible mezclar el turismo con una despedida de soltero en Barcelona. Bueno, ahí, y en cualquier destino que te propongas. Todo depende de la perspectiva con la que quieras enfocarlo y de tus ganas, y las de los demás, por animaros a conocer un poco más el sitio donde vais de celebración.
Puede ser una buena mezcla, ya que casa el interés cultural con el ocio despreocupado. Visitar un lugar no solo para celebrar algo, sino también conocerlo, es una buena forma de conocer un poco más sobre el país donde vives, salvo que la despedida de soltero se celebre en el extranjero. Sea cual sea el contexto, es una doble motivación que no hace más que beneficiar a quienes se animen a ello.
También es algo que requiere de una mayor planificación. Montar una buena despedida no suele ser algo fácil, y requiere de imaginación por parte de los integrantes; combinarla con algo de turismo es más complicado todavía. Ya no solo hay que tener en cuenta todo lo que se puede hacer para celebrar y pasarlo bien, también se debe pensar qué sitios interesantes hay y cuáles vale realmente la pena ver. Sin embargo el resultado puede ser mucho más satisfactorio que ceñirse solo a una de esas dos partes.
Y ahora, tras repasar lo malo y lo bueno, repetimos la pregunta y te la lanzamos a ti. ¿Crees que pueden, o deben, ir de la mano el turismo y las despedidas de soltero? Desde luego nuestra respuesta ha quedado más que clara.