El pelo rizado ha logrado imponerse esta temporada al liso, que llevaba años y años liderando en lo que a looks se refiere. Ha vuelto esa concepción de que son divertidos, aportan volumen y otorgan personalidad a quienes los llevan, sobre todo si quieren componer una imagen atrevida. Más aún si se combinan con pelo corto.
La última en sumarse a la tendencia ha sido Chenoa, que ha cambiado esa famosa media melena lisa, que la ha acompañado desde que la conocemos, por una corta y rizada a la que también le ha dado toques de color, aportando luminosidad. La imagen resultante ha conseguido que se la compare, precisamente, con David Bisbal, por lo que se ha convertido en protagonista estos días en las redes sociales.
El pelo rizado ha vuelto, sí. Pero lucirlo perfecto también requiere de voluntad y de un tratamiento y cuidados específicos.
Hacerse con el rizador de pelo perfecto
Quienes tienen un rizo natural posiblemente no necesiten contar con este utensilio, pero quienes lo tengan ondulado sí deberían usarlo, aunque fuera de forma estratégica en algún que otro mechón.
Como sucede con la plancha, para comprar el rizador de pelo adecuado hay unas claves que considerar. La potencia, el material en el que esté hecho, las posibilidades de regulación de la intensidad o lo ergonómico del producto, pueden marcar la diferencia entre un rizador de pelo que se quede corto o que sea el mejor del mercado. La web Buenos y baratos se propuso, precisamente, encontrar el mejor rizador de pelo del mercado.
Según la web, lo recomendable es que el aparato pueda alcanzar los 175ºC o más de temperatura si el pelo es grueso, para que alcance las cutículas y haya más posibilidades de que el rizo se mantenga. Una temperatura que, por contra, puede quemar un pelo más fino.
En cuanto a diseño, el diámetro de la barra contribuirá a formar un rizo más o menos encogido. Lo recomendable para pelos largos, por ejemplo, es que sea de entre 38 y 55 mm. La selección dependerá de la destreza que tenga cada cual, porque también hay rizadores de pinza. Por otro lado, un correcto manejo implicará que se adapte plenamente a la morfología de la mano, o que la salida del cable pueda dar vueltas sobre su eje para no enredarse.
En cuanto a materiales, los más usados hoy día según Buenos y baratos son la turmalina y la cerámica para la barra de calor que trabaja el cabello. Cargan el cabello con iones negativos, lo que neutraliza la electricidad estática y hace que el rizo luzca más brillante.
Hidratarlo bien, he ahí la clave
Como cita el blog especializado Stock Peluquería, acondicionarlo profundamente es la clave para conseguir rizos hidratados. Así se evitará el encrespamiento, sobre todo en aquellas melenas onduladas, en las que el rizo tiende a deshacerse o a estar más encogido solo en un parte. Además de champús y acondicionares especiales, los tratamientos de queratina también puede ayudar a una hidratación profunda.
Elegir el corte adecuado
Que el pelo rizado se lleve permite que el número de fotos de famosas con sus inspiradores looks sea mayor de lo habitual. Pero ojo al elegir, porque a todo tipo de pelo no le sentará bien el mismo corte.
Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el flequillo requerirá de más tiempo para que quede perfecto, al igual que sucede con el pelo liso. No es apto, por lo tanto, para quienes vayan siempre con prisas o les dé pereza trabajarlo al detalle.
Por otra parte, como recuerdan desde Blog de peluquería, cuanto más corto esté más se encoge el rizo, lo que significará más volumen. El mismo blog recomienda capas bajas y huir del uso de la navaja, que hará que las puntas queden descamadas.
Hora de peinarlo
Si está recién limpio, lo mejor para moldearlo bien es utilizar un secador difusor, lo que se puede acompañar del uso de algún fijador, como la espuma. En cabellos con un rizo más deshecho, conviene usar un rizador para cerrar la cutícula y controlar mejor el rizo.
Para peinarlo, es mejor usar los dedos o un peine de púas ancho, para evitar que se deshaga.