(dpa) – A medida que se acerca el gran día, la búsqueda del vestido o traje de dos piezas para la novia es primordial, pero también hay que encontrar el calzado adecuado, una tarea que no siempre es fácil, ya que no solo se deben ver bien, sino combinar con el atuendo nupcial.
Además, los zapatos, botas o sandalias tienen que prestar servicios durante varias horas, sin que los pies duelan al poco tiempo.
En primer lugar, un consejo importante: aunque los tacones altos puedan resultar elegantes y crear la ilusión de unas piernas largas, de nada sirven si no se puede caminar sobre ellos.
«No aconsejaría a una novia que llevara tacones altos si, por lo general, nunca los usa», explica Sophie Hetzel, ingeniera en tecnología del calzado y propietaria de una boutique nupcial en Pirmasens, en Alemania.
Por su parte, Nadine Metgenberg, que organiza bodas en Hamburgo, también recomienda zapatos cómodos. «Deben ser lo más planos y cómodos posible. De todos modos, bajo un vestido de novia largo no se ven mucho», agrega. Pero si no se quiere prescindir en absoluto de los tacones altos, lo mejor es cambiar de zapatos.
El calzado deportivo o los conocidos como bailarinas son una buena opción para las últimas horas de la fiesta. Sin embargo, no necesariamente es necesario cambiar de un zapato alto a uno completamente plano. A veces ayuda calzarse otro modelo o ir con unos centímetros menos.
«Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta que el largo de los vestidos se ajusta a la altura con tacones. Y si después de una hora se pasa de los diez centímetros a las sandalias planas, de repente el vestido es demasiado largo», aclara Sophie Hetzel. En su opinión, una altura media de unos seis centímetros es lo más seguro.
Es cierto que las tendencias en zapatos de novia son menos pronunciadas que en la moda habitual. Sin embargo, existen. Los zapatos blancos, por ejemplo, están actualmente en retirada, dejando paso al color.
«Se está pasando de los zapatos de novia clásicos a modelos llamativos, como un zapato de plataforma de color magenta o una sandalia de tiras y con tacón alto en rosa», comenta Metgenberg.
Según Hetzel, los delicados tonos pastel también están de moda. «Las perlas, los apliques y, en ocasiones, el strass o las piedras son muy populares en este momento», revela la experta en zapatos de novia. «Pero también elementos delicados como detalles de lazos hechos de tul».
La idea de sostenibilidad también juega un papel en la moda nupcial. «No es posible volver a ponerse casi nada después de una boda, pero al menos se deberían poder reutilizar los zapatos», observa Hetzel. «Un color rosa o nude también quedará muy bien con vaqueros más adelante».
Además de la elección del color, también está la cuestión de la forma adecuada del zapato para el vestido de novia. La regla general es elegir lo que más gusta, desde los clásicos zapatos de tacón hasta las deportivas y las botas toscas, y son sobre todo las rupturas de estilo las que pueden dar un toque individual al conjunto.
«Con un vestido largo, todo vale, desde los altos a los planos», opina Metgenberg. «Los tacones altos estiran naturalmente las piernas de los vestidos cortos».
Como la mayoría de las parejas sigue casándose en primavera o verano, las novias suelen elegir sandalias. En este caso se recomienda un tacón en bloque, ya que es más cómodo y permite bailar durante mucho tiempo.
En última instancia, sin embargo, la horma del zapato debe adaptarse sobre todo al pie, y la única forma de hacerlo es probándolos. «Siempre aconsejamos elegir un zapato que combine con la novia y no con el vestido», dice Hetzel.
Lo que vale para cualquier par de zapatos, vale también para el calzado de la novia: hay que probarlos y caminarlos ya antes del gran día, así se minimiza el riesgo de ampollas y los pies se acostumbran al modelo. Además, las suelas no serán tan lisas y resbaladizas, sobre todo cuando llega el momento de caminar hacia el altar.
Por Annalena Graudenz (dpa)