(dpa) – Es como en las personas: también los caballos pueden padecer sobrepeso si se mueven demasiado poco o comen mucho. En el caso de estos animales se suma un problema: largas pausas sin comer son malas para su frágil tracto digestivo y su salud dental.
Por lo tanto, deben tener siempre algo para masticar. «Ese es el problema», dice Tina Hölscher de la asociación protectora de animales Aktion Tier en Berlín, Alemania, y menciona que la solución es una dieta: poner en remojo previamente el heno que servirá de alimento.
Así, al forraje, al que pertenece el heno rico en texturas, se le quita una gran parte de hidratos de carbono. «Queda un heno dietético», dice la veterinaria.
Para lograr este efecto alcanza con remojar el heno 15 minutos. Así se lo libera además de mucho polvo, otra ventaja para los caballos, que suelen estar aquejados de alergias.
La desventaja es que al remojarlo también se eliminan minerales y oligoelementos. Los propietarios de los caballos pueden, según Hölscher, contrarrestar esto con mezclas de minerales ofrecidas en el comercio.
¿Y cuándo habría que poner fin otra vez a la dieta? «Se deberían poder sentir las costillas. Esa es una señal de que el caballo ya no tiene sobrepeso», dice Hölscher.