La Comisión Europea está al tanto de la situación que atraviesa la aerolínea española de bajo coste Vueling, pero no evalúa la cuestión ni prevé intervenir, porque considera que es un asunto que compete a las autoridades nacionales.
«Hemos sido informados de la situación, pero no tenemos nada que decir, salvo que la aplicación de los derechos de los pasajeros recae en los Estados miembros», ha explicado en una rueda de prensa la portavoz comunitaria de Transportes, Anna-Kaisa Itkonen.
La portavoz ha confirmado «contactos» con las autoridades competentes nacionales y ha apelado a la responsabilidad «de unos y de otros» para respetar las normas que protegen a los pasajeros.
Otras fuentes comunitarias han precisado que los contactos que mantiene Bruselas por el caso de Vueling se están produciendo «a nivel técnico» con el Estado miembro, pero no con responsables de la compañía.
El Ejecutivo comunitario considera que no tiene competencia para intervenir por los problemas en la planificación de vuelo de la compañía y que ha obligado a cancelar y retrasar numerosos vuelos en los últimos días.
Sólo si se tratara de una situación «sistémica» que afectara no a una aerolínea sino, por ejemplo, al espacio aéreo español en su conjunto, por deficiencias en la supervisión por parte de la Agencia Nacional de Seguridad Aérea, Bruselas podría tomar medidas, han indicado las fuentes.
EURODIPUTADOS PIDEN A BRUSELAS QUE INTERVENGA
En una pregunta escrita, los eurodiputados socialistas Javi López e Inés Ayala han pedido a la Comisión Europea que se pronuncie sobre el caso y juzgue si la agencia nacional de seguridad aérea ha actuado «con diligencia» en el control de los planes operativos de Vueling.
También se interesan por saber de qué medios dispone Bruselas o la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para exigir al Estado miembro o al operador que garanticen un plan de negocio viable, con suficientes medios humanos y técnicos.
En su escrito, los eurodiputados alertan al Ejecutivo comunitario de que la «mala planificación» ha obligado a la compañía a anular más de 50 vuelos y retrasar «gran parte» de sus operaciones, con perjuicio para «más de 75.000 pasajeros».