Los servidores web son los que posibilitan el web hosting: alquilar un espacio en un servidor para alojar nuestro sitio web. El hosting (o alojamiento web) es dicho servicio de almacenamiento que proporcionan estos servidores. En definitiva, es una especie de almacén en internet -facilitado por un proveedor- que permite al usuario disponer de todo el material multimedia que necesite para la creación de un blog, una web o un e-commerce. Esto sirve, por tanto, para que nuestra página web esté siempre online y para que todo el mundo pueda acceder a ella.
Así pues, elegir el hosting adecuado es uno de los pasos más importante a tener en cuenta a la hora de crear nuestra página web. Por eso, debemos tener algunas nociones básica sobre los hosting, sus características, los tipos que hay o qué puntos son esenciales a la hora de su elección.
Características de los hosting
Si bien es cierto que cada hosting cuenta con una serie de peculiaridades que lo distinguen de los demás, todos poseen unas características comunes.
- FTP compatible: FTP es la transferencia de archivos y la gestión de contenidos de la web. Los hosting son compatibles con la mayoría de programas FTP que hay en el mercado, pues esto acelera considerablemente los procesos de transferencia de archivos, permitiendo trabajar en la web desde distintas plataformas.
- E-mail: es posible asociar varias direcciones de correo electrónico; cuanto más grande sea nuestro comercio más e-mails necesitaremos registrar.
- Interfaz interna o externa: posibilidad de aplicar al diseño las propias plantillas del hosting o las ya creadas por nosotros.
- Capacidad de almacenamiento: ésta es la cantidad de gigas que puede soportar una página web. Se deberá elegir en función a los documentos, posts o multimedia que se almacenen.
- Velocidad de carga: tiempo que necesita el hosting para mostrar todos los elementos web; cuanta más velocidad, mejor usabilidad tendrá la web.
Tipos de hosting
Partiendo de esa serie de características comunes, ahora diferenciaremos los distintos tipos de hosting existentes. Estos han de ser considerados en función a nuestras necesidades y a lo que cada uno de ellos ofrece.
- Hosting compartido: este tipo de hosting proporciona un espacio en un servidor en el que compartes recursos con más usuarios. Éste es ideal para un proyecto pequeño, como una página web corporativo, un blog personal o una pequeña tienda online, por ejemplo. Aquí no te hacen falta muchos recursos y no te afecta el hecho de compartirlo con otros usuarios.
- Servidor virtual VPS: éste es un servidor físico dividido en múltiples máquinas virtuales que son independientes entre sí. Aquí, el hardware es compartido, por lo que el coste es significativamente menor al de un servidor dedicado o física. Las principales ventajas que presenta este hosting es que cuenta con recursos garantizados que no tienes que compartir con nadie, ofreciendo más potencia y flexibilidad. Éste es perfecto para los proyectos que son medianamente grandes, como una tienda online que tiene un catálogo amplio.
- Cloud computing: los proyectos grandes pueden optar por el cloud computing, pues sirven para alojar páginas web con mucho tráfico o tiendas online muy grandes, entre otros. Aquí ofrecen alta disponibilidad, muchos recursos, así como dedicación plena a nuestro proyecto.
- Servidor dedicado: los servidores dedicados son máquinas físicas (ordenador) que se destinta a un único cliente. Dicho cliente es usuario absoluto de todos los recursos de ese servidor. Éstos son especialmente útiles para los proyectos grandes, que cuentan con un alto volumen de tráfico mensual o que necesitan hacer uso intensivo de recursos de rendimiento, flexibilidad y transferencia.
- Servidor híbrido: este servidor está a medio camino entre un servidor VPS y un servidor dedicado, pues cuenta con los recursos de hardware dedicado y la tecnología de virtualización de los VPS. Estos son ideales para aquellos proyectos que han crecido o que necesitan unos recursos adicionales pero de manera adicional.
Puntos esenciales a tener en cuenta
Así pues, para elegir el hosting más adecuado para nuestro proyecto, hay unos puntos clave que debemos tener en cuenta. Ésto, unido al análisis de nuestras necesidades, nos dará la idea de cuál será el hosting perfecto.
- Servicio técnico: el servicio técnico con el que cuente el hosting es primordial que sea profesional y eficiente, así como que cuente con una gran formación. Ellos serán los encargados de cuidar de nuestro proyecto y, por tanto, deben trabajar muy bien y presentar seriedad. Es importante, del mismo modo, que dicho soporte técnico sea humano, para poder empatizar con el cliente.
- Catálogo de productos: los proveedores de hosting deben ofrecer soluciones integrales; han de ser capaces de ver cómo evoluciona nuestro proyecto y adaptarse constantemente a él, para que le saquemos el máximo provecho. Han de ser, por tanto, resolutivos, teniendo un catálogo de productos completo que pueda proveernos desde nuestros inicios hasta que tengamos un proyecto grande. Debemos estar siempre respaldados.
- Soporte comercial: es importante que cuenten con un personal de soporte comercial que tenga conocimientos sobre lo que vende y que pueda aconsejar, ofreciendo siempre la opción más rentable para mejorar el proyecto. Que escuche de veras y que aporte soluciones, no que sólo se dedique a vender por vender.
- Aspecto económico: aunque llegados a este punto quizás no sea la parte más esencial, es indudable que es un punto que tiene mucho peso en nuestra decisión. Buscaremos uno que se adapte a nuestras necesidades y que lo haga a un precio que nos sea asequible.
Por tanto, elegir el servidor más adecuado para nuestro proyecto pasa por tener en cuenta todos estos aspectos aquí comentados; desde nuestras necesidades a lo que nos puede ofrecer cada tipo de hosting y cada plan con el que cuentan los distintos proveedores. Con un análisis adecuado y sabiendo exactamente cómo es nuestro proyecto y qué necesita, daremos con el hosting perfecto para nosotros.