BERLÍN (dpa) – Durante los últimos años, el atletismo de velocidad fue sinónimo de un sólo nombre: Usain Bolt. Pero las lesiones del jamaiquino y el potente resurgimiento del estadounidense Justin Gatlin en la última temporada invirtieron la ecuación y abrieron la puerta a un 2015 que promete un duelo electrizante.
Ausente de las pistas en la mayor parte de un año sin Juegos Olímpicos ni Mundiales de por medio, Bolt cerró la temporada jugando al críquet en la India y mirando tenis en el Abierto de Estados Unidos. Y mientras la superestrella del atletismo disfrutaba en Nueva York, del otro lado del Océano Atlántico Gatlin volvía a lanzar un mensaje de advertencia.
Con una marca de 9,77 segundos, el estadounidense logró a principios de septiembre en la Diamond League de Bruselas el mejor tiempo del año en los 100 metros y poco después se impuso en los 200 con 19,71. Una actuación digna de Bolt.
No conforme con eso, Gatlin se impuso dos días después en los 100 metros de la prueba italiana de Rieti, correspondiente a la serie World-Challenge, con un potente tiempo de 9,83 segundos y cerró el año invicto con 18 triunfos en 18 presentaciones. Bolt, en 2009, había sido el último en lograrlo.
A sus 32 años, Gatlin demostró esta temporada que se encuentra otra vez en su mejor nivel tras cumplir su sanción por doping, lo que promete un duelo de resultado incierto con Bolt en 2015.
«La carrera del año que viene en Pekín puede ser espectacular», dijo el estadounidense con la mira puesta en los Mundiales de atletismo de 2015, donde intentará arrebatarle al actual campeón olímpico y recordman jamaicano al menos un título mundial.
«Tengo un gran respeto por Usain Bolt», señaló Gatlin. «Él es tal vez el rival más fuerte que he tenido. Pero siento también que soy yo el que lo impulsa a tener sus mejores rendimientos. Pienso que puedo derrotarlo».
El resurgimiento de Gatlin promete poner emoción a un deporte que viene siendo monopolizado por Bolt y al mismo tiempo reenfocar al excéntrico jamaiquino, más pendiente de sus promesas de dedicarse al fútbol o correr contra un guepardo que del atletismo.
Un duelo entre Bolt y Gatlin sería, según el estadounidense, semejante al que mantuvieron en su momento los estadounidenses Carl Lewis y Leroy Burrell. «O el de mi entrenador Dennis Mitchell contra atletas como Donovan Bailey. De eso se trata el atletismo. La gente quiere ver esas rivalidades», señaló Gatlin, subcampeón mundial el año pasado en los 100 metros de Moscú por detrás de Bolt.
El duelo entre Gatlin y Bolt apenas pudo verse este temporada. El jamaiquino estuvo la mayor parte del año lesionado, al igual que su compatriota Yohan Blake. Un vacío que aprovechó Gatlin para colocar su nombre en siete de las diez mejores marcas del año en los 100 metros.
Con el triunfo en Bruselas, el medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres se aseguró también la primera posición en la clasificación general de la serie mundial de atletismo y se embolsó unos 40.000 dólares adicionales.
La marca de 9,77 segundos que logró en Bélgica tuvo para Gatlin un significado especial, aunque muchos seguramente hayan recordado su pasado oscuro. El estadounidense registró ese mismo tiempo el 12 de mayo de 2006, muy por delante de Bolt, y batió entonces el récord mundial.
Pero dos meses después, esa carrera desapareció por completo de las estadísticas. Gatlin fue declarado culpable de doping por segunda vez en su carrera y suspendido de por vida. Sin embargo, la pena se redujo luego a ocho años y finalmente sólo a cuatro.
Ahora, a los 32 años, vuelve a ser igual de rápido que en la época en que fue medallista de oro en los Juegos Olímpicos de 2004 y se consagró campeón mundial en 2005. «Vuelvo a estar donde estaba hace ocho, nueve años. Esa es la ironía del destino», reflexionó Galtin.
El estadounidense despierta hoy dos reacciones contrapuestas en el mundo del atletismo: un cierto respeto por lo que está logrando a su edad, pero también una gran desconfianza por su pasado.
Algunos meetings como el de Berlín o Zúrich decidieron no invitar a Gatlin, que suele responder en forma evasiva cuando se le pregunta sobre el doping. El estadounidense aseguró que ya cumplió su sanción y que todo lo que ocurrió desde que regresó es resultado del «trabajo duro» con su entrenador.
Su nombre es Dennis Mitchell y se destacó como compañero de relevos de Carl Lewis. Sin embargo, al igual que su pupilo, Mitchell fue declarado culpable en 1998 por la ingesta de sustancias prohibidas.
En cambio, Gatlin habla con mucho más gusto sobre su edad. El estadounidense se mostró orgulloso de su vigencia y anunció incluso que le gustaría competir hasta 2020. «La gente piensa que cuando los atletas se ponen más viejos se vuelven también más lentos. Quiero demostrar que no es así», señaló.
«(El namibio) Frankie Fredericks llegó a disputar una final olímpica ya bien entrados los 30 años. Quiero correr hasta que no pueda hacerlo más», prometió Gatlin.
Por Sebastian Stiekel