Santiago de Compostela, 25 oct (EFE).- El presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Luis Cayo Pérez, opina que las personas con discapacidad siempre han estado en crisis y, a pesar de los avances logrados en los últimos años, «el ideal de igualdad absoluta nunca lo vamos a conseguir».
«Creo que nunca vamos a tener los mismos derechos materiales, pero sí que podemos acercarnos bastante, y ese acercamiento dependerá en gran medida de si nos movilizamos individual y colectivamente», ha manifestado Cayo Pérez, en conversación con Efe, con motivo de su participación hoy en el III Foro de Familias de Personas con Daño Cerebral que se celebra en la Facultad de Psicología de Santiago.
El representante estatal de las personas con discapacidad ha animado a la población en general, y a los familiares de las personas afectadas en particular, a denunciar las limitaciones sociales, además de a «crear y sembrar un cambio» a través de la participación social y la visualización de esta problemática.
«De alguna manera todo está en nuestro tejado», ha enfatizado.
Aunque ha reconocido que actualmente se experimenta de algún modo un cambio y una evolución, el presidente del CERMI ha mostrado su tristeza por no poder alcanzar, de una vez por todas, los mismos derechos que otras personas.
«Creo que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra inteligencia funcionan de otro modo distinto al que consideramos general, extendido y canónico. Eso siempre nos va a causar una cierta desventaja. Tenemos que asumirlo».
No obstante, a su juicio, esta diferencia no puede ser «tan, tan exacerbada y tan inasumible», menos hasta el punto de que aparte y condene a las personas con algún tipo de discapacidad a ser «seres humanos en inferioridad de condiciones».
Cayo Pérez ha dicho que él, como persona con discapacidad -según el registro oficial de un 36 por ciento- está dispuesto a aceptar «esa cuota que, como lotería de la vida, me ha tocado», pero siempre y cuando esa desigualdad no signifique estar diez veces por debajo.
«Podré aceptar un 60-40», ha ejemplificado con cierta resignación.
Bajo el título ‘Los derechos de las personas con discapacidad en el contexto actual’, este directivo ha explicado en su conferencia que en España la capacidad «no se vive aisladamente», sino que la familia se convierte en una extensión más de ese movimiento.
Cayo Pérez ha abogado por convertir las ideas «en motor de cambio» a través del diálogo, el debate y la contraposición de hechos, siempre con una «voluntad transformadora».
Un diez por ciento de la población, ha dicho, sufre algún tipo de discapacidad, lo que supone una cifra de más de cuatro millones de personas, doce millones si en el cómputo entran las familias.
Así, ha indicado que uno de cada cinco hogares vive una situación de discapacidad con un rostro «particular».
En este sentido, ha apuntado hoy este experto conocedor de la realidad española que más del sesenta por ciento de esos cuatro millones son personas mayores de 65 años, un porcentaje igual al número de mujeres afectadas.
«Las mujeres con discapacidad están en peor situación, y todos, hombres y mujeres, estamos en peor situación respecto a las personas sin ninguna discapacidad», ha resumido.
Cayo Pérez ha asegurado que, aunque «somos una minoría» con respecto a los más de 46 millones de personas que hay en España, lo cierto es que lo importante, más que los datos cuantitativos, son los datos cualitativos, que obedecen a cuestiones del tipo ¿cómo viven? o ¿cuáles son sus condiciones de vida?
En esta línea, ha avanzado que la igualdad en cuanto a derechos sociales básicos, que aseguren una dignidad como persona, aún es muy escasa, ya que se presentan dificultades y barreras casi inaccesibles, que se traducen en una menor participación social, una menor inclusión en la sociedad y una ubicación obligada en la posición de un grupo vulnerable que, en muchos casos, es discriminado.
Entre la adquisición de derechos, ha manifestado que el cambio de modelo asistencial para pasar a un modelo de derechos ha sido un paso importante, pero que, aún así, existe una distancia «enorme y considerable» entre el plano declarativo de las Administraciones y la realidad puesta en práctica.
Una diferencia que en muchas ocasiones no responde a una cuestión monetaria, como la prohibición de tener descendencia a mujeres con discapacidad, la limitación a ejercer el derecho a voto en 80.000 personas o la existencia de un 20% de alumnos en escuelas especiales.
Así, ha apostado por reorganizar los recursos y mejorar su inversión, ya que «nunca estuvimos en el paraíso para pasar al infierno».
«Nunca hemos estado en la mesa del festín y ahora tampoco nos llegan las migajas», ha apostillado.
Cayo Pérez ha concluido invitando a los asistentes a empoderarse, a mostrar tolerancia cero con la discriminación y a convertirse en activistas para revertir la situación.
«Nadie se va a preocupar más de lo que nos preocupamos nosotros por nosotros mismos, por lo que hay que auto exigirse», ha concluido.
Según la última encuesta, que está fechada en el año 2008, en España hay, por ejemplo, 450.000 personas que padecen daño cerebral adquirido y mañana, en la conmemoración de la efeméride de esta condición, los afectados quieren aprovechar para dar visibilidad a esta discapacidad y reclamar sus derechos.