Cemento, madera, piedra… hasta césped artificial. Las posibilidades de elección en el pavimento para terraza y espacios exteriores ajardinados son muy variadas, pero, ¿sabes cuál es el suelo más apropiado?
Con la llegada de la pandemia, en la que aún seguimos sumidos aunque con un menor nivel de preocupación, nos hemos visto obligados a pasar más tiempo en casa, lo que ha promovido un sentimiento de envidia generalizada, y sana, hacia quienes disponen en su vivienda de un espacio exterior, una terraza.
Hoy te proponemos ejemplos de pavimento para este espacio, para disfrutarlo al máximo, aunque avanzamos que siempre debes dejar un poco de hueco para decorar la terraza con cesped, pues ayudará a generar más sensación de naturalidad y bienestar en el conjunto.
Suelos porcelánicos
Las baldosas de exterior son una propuesta sorprendente pero muy válida. Presentan como principales características su durabilidad y resistencia, de modo que no resultan muy dañadas por el impacto de los agentes meteorológicos. A su vez, son fáciles de limpiar, de mantener, y hasta de instalar.
En su elección hay que tener en cuenta un aspecto muy relevante, y es que si se trata de una terraza descubierta, la mejor opción es un pavimento porcelánico de baja porosidad, para que absorba menos agua.
El grosor de la baldosa es también importante, aquí se suele acudir a espesores de 10 mm, aunque también hay modelos más gruesos, de 20 mm, que son más fáciles de instalar y no requieren pegamentos ni juntas. En cualquier caso, es fundamental que los suelos de exterior de este tipo sean antideslizantes. En cuanto al tamaño de la pieza, cuanto más grande sean estas, más sensación de uniformidad ofrecerá la terraza.
Suelos de madera
Los suelos de madera son muy habituales en espacios interiores, aunque no tanto en terrazas y zonas ajardinadas. La razón que explica esta casuística es que no mucha gente conoce cómo se comporta este tipo de pavimento en áreas exteriores.
El mantenimiento es mucho más exhaustivo que los suelos cerámicos, pero el aspecto visual es muy agradable y además aporta comodidad a la pisada. La clave con esta elección es mantener los suelos de forma adecuada.
En el mercado podemos encontrar pavimentos de este material adaptados a espacios exteriores, como son las maderas tropicales. No obstante, hay que renunciar a esta elección en caso de que la vivienda esté localizada en un clima muy húmedo.
Suelos de piedra
Un punto extra en cuanto a resistencia aportan los suelos de piedra. Comparten con la madrea ser un material natural, pero aportan otros atractivos. El aspecto de los pavimentos de este tipo es muy agradable.
Por otra parte, la cantidad de opciones disponibles es muy variada, ya que se pueden colocar losetas de piedra pulida y sin pulir. En el segundo caso, la superficie será más irregular. Aquí el mantenimiento es muy fácil y la limpieza resulta muy cómoda.
Hay que advertir que los suelos de este tipo, a pesar de tener un aspecto agradable, sí son más irregulares, pues cada piedra es única en cuanto a color y forma. Los pavimentos realizados en piedra pueden ser de lajas, de granito y de pizarra, aunque hay otras opciones. Cada uno de ellos presenta unas características diferenciadas y son más apropiados para uno u otro uso.
¿Qué ocurre con el césped artificial?
Una última propuesta nos lleva de vuelta al inicio, recomendando de nuevo el césped artificial. En los últimos años, especialmente en ambientes urbanos, es habitual que muchas familias se decanten por esta apuesta para sus terrazas o zonas de balcón y azotea.
A esto hay que sumar un fenómeno que ya comienza a darse, y es que a pesar de que la pandemia activó el interés por buscar viviendas alejadas de los núcleos urbanos para disponer de más contacto con la naturaleza, el retroceso del teletrabajo y las dificultades logísticas que entraña vivir fuera de la ciudad está volviendo a reactivar el mercado inmobiliario en las grandes urbes.
En este sentido, contar con suelo de césped artificial es una fórmula de reactivar esa sensación de naturaleza a partir de pavimentos que ofrecen un aspecto refrescante y que resultan agradables al tacto. Se puede andar descalzo sobre este pavimento sin ningún peligro.
Los aspectos que sí hay que considerar es que su limpieza es más compleja que con otros suelos y la durabilidad se resiente mucho si no hay un buen trabajo de mantenimiento. La contrapartida es que son suelos muy económicos y fáciles de instalar y retirar.
La elección del suelo para terrazas y espacios exteriores debe adaptarse al uso que se le vaya a dar al pavimento, teniendo en cuenta su mantenimiento, durabilidad y las cuestiones presupuestarias. La noticia positiva es que el mercado ofrece un sinfín de opciones que se ajustan prácticamente a todos los bolsillos.