Las nuevas tecnologías tienen una incidencia tal en nuestras vidas que muchas personas consideran difícil desconectar de ellas. Así lo indicaba un estudio GfK, que destacaba que el 27% de los españoles tienen dificultades para interrumpir la conexión voluntariamente por un tiempo.
El dato es especialmente significativo en el caso de adolescentes de entre 15 y 19 años, que muestran una tasa mayor de dependencia, del 44%. A partir de los 30 años la cifra va decreciendo hasta situarse en el 15% entre los mayores de 60 años.
La disparidad de porcentajes entre las generaciones más jóvenes y menos pone de manifiesto, además, la brecha digital, la distancia en el acceso y uso de las tecnologías. Esta, eso sí, se redujo en 2015 según el estudio de la Sociedad de la Información de Telefónica, puesto que crecían los internautas de entre 55 y 64 años, hasta alcanzar el 61,4% de los usuarios.
Pero no solo este segmento encuentra dificultades para el acceso, ya que la tecnología avanza muy rápido y deja atrás a los usuarios que no están al día con facilidad. Cuando alguien se hace al iphone 7, ya se habla de nuevos modelos que dejarán este obsoleto, e incluso hay personas que lidian por conocer todos los servicios de Facebook cuando todavía no sabían llamar con número oculto, por ejemplo.
Así, las noticias de tecnología sorprenden cada día, cogen desprevenidos a quienes no son duchos en la materia. E incluso a los que sí.
Claves de las nuevas tecnologías
Perderse en ese frondoso bosque de nuevos productos, gadgets y sus utilidades es sencillo y la frustración puede no tardar en aparecer. Hay quien piensa que la tecnología le ha superado, que le cuesta acercarse y entender a nuevas generaciones que se muestran muy dependientes de esta o que su desconocimiento le imposibilita tener un perfil atractivo para el empleador.
A estas personas les tranquilizará saber que la tecnología tampoco es la panacea a nivel global. En México, por ejemplo, el 41,6% de la población formada en ciencia y tecnología estaba desempleada en 2015, a pesar de contar con una licenciatura (el 86,8), una maestría (el 12,1) o un doctorado (el 1,1%), así lo destacaba el estudio “Informe general del estado de la ciencia, la tecnología y la innovación 2015” del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Es cierto que este tiene más que ver con el desajuste aún existente en muchos países del mundo entre el potencial y las posibilidades de las empresas de atraer el talento y renovarse. En todo caso, para manejar las nuevas tecnologías no hay que considerar sino unas claves básicas.
1. Información…
La información es poder. La Red está llena de webs y blogs divulgativas que recopilan las novedades de una forma bastante inteligible, por lo que basta con seguir a una o dos cabeceras para estar al día. Tecnobeta.net o Blog.ayzweb.com son dos entre muchas opciones. Es habitual que este tipo de sitios recopilen artículos y clasificaciones en torno a las mejores aplicaciones, como siri para Android.
La búsqueda de información es, de hecho, uno de los principales potenciales de Internet. Google confirmó a Search Engine Land que atiende billones de búsquedas por año en todo el mundo. En 1999 se registraban mil millones por año, como recogía John Battelle en su libro de The Search, una cifra que se ha ido incrementando según han crecido los usuarios.
Pero, para empezar, hay que saber buscar, asumiendo que la práctica y el seguimiento de consejos útiles son necesarios para completar búsquedas eficaces. Precisión, paciencia, atención y conocer algunos trucos útiles facilitan mucho la tarea.
2. … y otras tareas básicas
Según se vaya ganando en experiencia, el usuario podrá ir abarcando otras tareas. Otra de las básicas en la actualidad es mantener en contacto con sus familiares, amigos o compañeros de trabajo a través de las redes sociales, del correo electrónico o con las opciones de mensajería instantánea, lo que también requiere de cierta habilidad. Sobre todo si hablamos de plataformas de trabajo online específicas.
Poder buscar en Internet con acierto y mantenerse en contacto con sus semejantes implica ya un dominio suficiente. Pasar a editar imágenes o vídeos o publicar en una web o blog requiere ya de adaptación a los cambios, autoaprendizaje y continua actualización.
3. Seguridad
No dejarse superar por las nuevas tecnologías es también asumir ciertas realidades, como el que hayamos perdido el control de nuestros datos personales. Un aspecto que se hace evidente incluso en los países más democráticos, como demostró Wikileaks cuando denunció las prácticas de espionaje desde la CIA.
Las cuentas y dispositivos son más vulnerables a ataques informáticos, por lo que conviene tomar medidas. La más básica es cambiar las contraseñas de manera periódica, y no repetir la misma en más de un sitio. También conviene realizar las transacciones económicas, como las compras en línea, con proveedores que sea de fiar.
Evitar los correos electrónicos de direcciones o con asuntos dudosos, proteger los dispositivos con contraseñas o patrones, hacer copias de seguridad, evitar identificarse en redes Wi-Fi abiertas o compartidas, proteger las redes del hogar o deshabilitar los complementos no deseados de los navegadores son algunos de los consejos que ofrece la Univesitat Oberta de Catalunya.
Por otro lado, la seguridad de tener un abogado online otorga otras acepciones al concepto dentro de Internet. Las nuevas tecnologías ayudan a los servicios de abogados, y tener un abogado por Internet también ofrece un nivel de seguridad que merece la pena aprovechar.
4. Responsabilidad
Controlar tareas básicas como la búsqueda de información y seguir consejos básicos de seguridad son pilares claves para dominar las nuevas tecnologías, a lo que se une algo que está también relacionado: la necesidad de actuar con responsabilidad.
Viendo lo rápido que se viraliza la información, implica responsabilidad contrastarla antes de compartirla, separar lo que son bulos o noticias falsas de lo que no lo es. Las nuevas tecnologías, además, se ponen al servicio de la ciudadanía para el activismo, para, por ejemplo, exigir más transparencia a sus representantes políticos, sobre todo en esas grandes campañas que se libran con Internet como gran escenario.