Barcelona, 30 oct (EFE).- El músico Jordi Savall recrimina en una carta dirigida al ministro de Cultura, José Ignacio Wert, en la que le comunica su renuncia al Premio Nacional de Música, la falta de «amparo institucional» y de una Ley de mecenazgo que dé impulso a la vida cultural en España.
En la carta, a la que ha tenido acceso Efe, y que está dirigida también a los miembros del jurado que le concedió el galardón, Savall reproduce la mayoría de argumentos incluidos en su comunicado público de rechazo del premio, aunque introduce algunas explicaciones de carácter más personal.
«Recibir la noticia de este importante premio me ha creado dos sentimientos profundamente contradictorios y totalmente incompatibles: primero, una gran alegría por un tardío reconocimiento a más de 40 años de dedicación apasionada y exigente a la difusión de la música» y, al mismo tiempo, «una inmensa tristeza por sentir que no podía aceptarlo sin traicionar mis principios y mis convicciones más intimas».
Tras denunciar lo que considera un «olvido» del patrimonio musical hispánico por parte del Estado, reconoce que «en algunas contadas ocasiones» ha podido beneficiarse, «a lo largo de más de 40 años de actividad, de alguna colaboración institucional», como la celebración del V Centenario del descubrimiento de América o las pequeñas ayudas a giras internacionales».
«Pero igual que la inmensa mayoría de músicos y conjuntos del país -añade- he seguido adelante solo con mi esfuerzo personal sin contar jamás con una ayuda institucional estable a la producción y materialización de todos mis proyectos musicales».
«Demasiado tiempo en que las instancias del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes que usted dirige continúan sin dar el impulso necesario a las diferentes disciplinas de la vida cultural del Estado español que luchan actualmente por sobrevivir sin un amparo institucional ni una ley de mecenazgo que las ayudaría, sin duda alguna, a financiarse y a afianzarse», continúa Savall.
Jordi Savall muestra su convencimiento de que la Cultura, el Arte y especialmente la Música, «son la base de la educación que nos permite realizarnos personalmente y, al mismo tiempo, estar presentes como entidad cultural, en un mundo cada vez más globalizado».
Pese a ello, se pregunta «¿cuántos españoles han podido alguna vez en sus vidas escuchar en vivo las sublimes músicas de Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero o Tomás Luis de Victoria?», para aseverar que «la inmensa mayoría nunca podrá beneficiarse de la fabulosa energía espiritual que transmiten la divina belleza de estas músicas».
«La música viva solo existe cuando un cantante la canta o un músico la toca, los músicos son los verdaderos museos vivientes del arte musical», por lo que considera indispensable «dar a los músicos un mínimo de apoyo institucional estable, ya que sin ellos nuestro patrimonio musical continuaría durmiendo el triste sueño del olvido y de la ignorancia».