El turismo no volverá a ser igual que antes. El 2020 ha supuesto un antes y un después en la forma de entender los viajes, la cultura y la movilidad.
A pesar de que millones de españoles están deseando poder salir con normalidad más allá de los límites de su Comunidad Autónoma, lo cierto es que la facilidad con la que antes se viajaba a otros destinos no volverá a ser la misma en cierto tiempo, al menos.
El turismo nacional puede ser el gran triunfador en los próximos años. Tan pronto comiencen a levantarse las restricciones, serán las propias familias y grupos de amigos los que pongan rumbo a los distintos paisajes nacionales en sus propios vehículos. Y es que ahí es donde comienza el gran cambio.
“Se va a ver en el corto y medio plazo un cambio significativo en el uso de los transportes. Estos meses pasados han dejado patente que la prioridad es la seguridad y, pese a que las vacunas se aceleren, será un porcentaje muy alto el que decida evitar el uso del transporte compartido y pasará a definir sus destinos vacacionales atendiendo a las opciones de llegar con su propio vehículo” explican desde www.upitravel.com/.
Y no va desencaminado. Frente a los vuelos nacionales, se prevé un crecimiento en los viajes en carretera, lo que fomentará además rutas que han estado menos transitadas en términos turísticos y que comprenderían muchas más poblaciones y destinos turísticos.
“El turismo ha pasado a ser rural o incluso cultural. Volverán, como en el caso del Camino de Santiago, a cobrar protagonismo las poblaciones pequeñas. Se harán, por ejemplo, rutas de románico por Cataluña o Aragón, se apostará por visitar la costa cantábrica sin un punto fijo sino recorriendo las distintas poblaciones, se apostará por descubrir zonas como la Alpujarra en el sur o la Costa da Morte en Galicia o incluso se fomentarán el recorrer los castillos de Castilla León o Castilla la Mancha” comentan.
La tendencia va a ser redescubrir no solo destinos concretos sino alrededores, rutas y propuestas cercanas a la naturaleza donde cada noche se pernocte en un sitio distinto o donde se proyecte un establecimiento rural como punto de partida cada día. Será, probablemente, el establecimiento rural o pequeño, con pocos huéspedes o alquilado en exclusiva al núcleo familiar el que más aceptación tenga hasta dentro de un tiempo.
“Aunque se piense que poco a poco se está superando el miedo al contagio, las cifras dicen que son los establecimientos con poco público en términos turísticos los que mejor acogida están teniendo entre los que reservan” dicen, algo que también se achaca actualmente a la falta de movilidad, acercando el turismo más próximo a sus propios vecinos con ofertas para desconectar de casa, aunque no esté lejos.
Todo un giro de tuerca para un sector que, lejos de ver la luz, siguen viendo cómo dependen del turismo de proximidad para salvar no solo la primavera sino, probablemente, también la campaña de verano.