(dpa) – Herramientas de inteligencia artificial como el generador de texto ChatGPT están sacudiendo la industria de la alta tecnología. El liderazgo de Google en las búsquedas de Internet se está viendo seriamente desafiado por primera vez por el nuevo software de IA.
Sin embargo, los efectos del terremoto tecnológico no solo se dejan sentir en el lejano Silicon Valley. La inteligencia artificial también cambiará por completo la vida laboral cotidiana de muchas personas fuera de los centros tecnológicos californianos. Este es el resultado de dos estudios que abordan las consecuencias de la revolución de la IA en el mundo laboral.
El primer estudio procede de los propios creadores de ChatGPT: investigadores de la start-up OpenAI se asociaron con científicos de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, para averiguar cuáles son los trabajos más afectados por ChatGPT. Según el estudio, los contadores se encuentran entre las profesiones más afectadas por las posibilidades de la inteligencia artificial generativa. Al menos la mitad de las tareas de contabilidad podrían hacerse mucho más rápido con esta tecnología.
Según el estudio, los matemáticos, programadores, intérpretes, escritores y periodistas también deben estar preparados para que la inteligencia artificial asuma al menos algunas de sus tareas habituales. Pues aunque actualmente los sistemas de IA siguen «alucinando» a menudo con hechos incorrectos en sus respuestas, ya están ofreciendo resultados notables en tareas como la traducción, la clasificación, la escritura creativa y la generación de códigos informáticos.
Los investigadores de OpenAI y la Universidad de Pensilvania parten de la base de que los modelos lingüísticos de la IA cambiarán de algún modo la mayoría de los empleos. Estos afirman que alrededor del 80 por ciento de los trabajadores estadounidenses ejercen profesiones en las que al menos una tarea puede realizarse más rápidamente con ayuda de la IA generativa.
Pero también hay profesiones en las que la IA desempeñará un papel menor: entre ellas están los cocineros, los mecánicos de coches y los trabajadores del sector de extracción de petróleo y gas, así como también en la silvicultura y la agricultura.
Un departamento de investigación del banco de inversiones Goldman Sachs ha calculado en un estudio lo que esta evolución podría significar concretamente para el mercado laboral, y advierte que, si la llamada IA generativa cumple sus prometedoras capacidades, podría provocar una «alteración significativa del mercado laboral». La «IA generativa» se refiere a programas informáticos capaces de crear nuevas ideas, contenidos o soluciones en lugar de limitarse a seguir reglas o instrucciones predefinidas.
Goldman Sachs calcula que alrededor de dos tercios de los empleos actuales están expuestos a algún grado de automatización por IA, y asegura que la IA generativa podría sustituir hasta una cuarta parte de los trabajos actuales. «Extrapolando nuestras estimaciones a todo el mundo, la IA generativa podría exponer a la automatización el equivalente a 300 millones de empleos a tiempo completo», puntualizan sus expertos.
Hinrich Schütze, director del Centro de Procesamiento de la Información y el Lenguaje de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (LMU), considera el desarrollo de la IA generativa una revolución tecnológicamente comparable a Internet o el smartphone. Sin embargo, Schütze opina que los sistemas de IA están aún muy lejos de una comprensión real del contenido de los temas: «La tecnología básica para los patrones lingüísticos consiste simplemente en predecir siempre la palabra siguiente, sin pensar, siempre la palabra siguiente».
Sin embargo, prosigue, las consecuencias ya son enormes: «Habrá grandes cambios en cómo escribimos cuando redactamos un texto, y en cómo programamos». Según su opinión, la tecnología también tendrá un gran impacto en la vida laboral cotidiana: «Bastantes profesiones desaparecerán cuando se trate simplemente de escribir resúmenes, recopilar conocimientos y condensarlos», precisa Schütze.
Sin embargo, el experto en IA de Múnich advierte del peligro de dar a la inteligencia artificial demasiado margen de maniobra en la toma de decisiones, por ejemplo en el área legal, la medicina, la asesoría fiscal o la gestión de activos. Schütze explica que la IA hace muchas afirmaciones con gran capacidad de persuasión, aunque los hechos sean a menudo erróneos: «Los humanos piensan que eso debe ser cierto si el modelo está tan seguro. Pero en realidad, el modelo no puede evaluar su propia certeza. Ese es uno de los grandes problemas que tenemos».
El catedrático de Informática Christoph Meinel, de la ciudad alemana de Potsdam, ve otro obstáculo para el avance generalizado de la IA en el mundo laboral, ya que los sistemas requieren enormes capacidades de cálculo y, por tanto, también enormes cantidades de energía. «Muchas expectativas sobre la IA me parecen exageradas y también poco realistas en lo que respecta a su consumo energético», afirma el director saliente del Instituto Hasso Plattner (HPI).
Meinel explica que las aplicaciones de IA que triunfan se basan en el llamado aprendizaje profundo, es decir, en el entrenamiento con enormes cantidades de datos. «Y devoran enormes cantidades de energía», añade. Por lo tanto, prosigue, una introducción generalizada sería fatal para el clima y la consecución de los objetivos climáticos: «Primero tenemos que desarrollar sistemas de IA mucho más eficientes desde el punto de vista energético».
El académico ve un reto no solo en la elevada demanda de electricidad, sino también en la cuestión de la protección de datos. «Cualquiera que pruebe las últimas aplicaciones de inteligencia artificial en Internet debe tener cuidado con la divulgación de datos personales sensibles», aconseja Meinel.
A pesar del revuelo que han causado, advierte, todos los responsables deberían ser conscientes de que con sus propias consultas y datos están entrenando gratuitamente a los modelos de IA de los proveedores y haciéndolos inteligentes. El experto puntualiza que quien, por ejemplo, suba datos financieros internos a determinadas plataformas para que estas elaboren automáticamente una presentación a partir de ellos, debe ser consciente de que esto también puede revelar secretos empresariales.
Por Christoph Dernbach (dpa)