(dpa) – Un centro de correos, una estación de trenes, una hilandería…: en la ciudad francesa de Lille, los lugares más diversos fueron transformados en centros para el arte y la cultura, y todos estos sitios bien ameritan una visita.
Por ejemplo, el primero de estos lugares. De su denominación original, solamente queda el nombre: «Tripostal – clasificación de correspondencia». Millones de cartas viajaron por las cintas transportadoras y fueron clasificadas en este gigantesco edificio.
Actualmente, en el antiguo centro de clasificación de correspondencia de la ciudad de Lille exponen sus obras artistas de todo el mundo.
Y es que esta ciudad del norte de Francia, que está más cerca de la capital belga Bruselas que de París, experimentó un cambio trascendental.
Desde su nombramiento como Capital Europea de la Cultura en 2004, los visitantes no solamente llegan para consumir la especialidad gaufres fourrées à la vergeoise (unas deliciosas galletas dulces rellenas) y las cervezas de fabricación local.
«La ciudad se ha convertido en un centro cultural. Ha adquirido una imagen completamente nueva», afirma Olivier Célarié, responsable de Comunicación del festival cultural Lille 3000.
Este evento se realiza cada tres años y se extiende entre la primavera y el otoño europeos. Millones de visitantes concurren a los conciertos, exposiciones y conferencias. Se trata nada menos que de uno de los eventos culturales más significativos de Francia. La última edición acaba de finalizar hace apenas algunas semanas.
La herencia del título de Capital Europea
Al igual que muchas otras cosas, Lille 3000 es una de las consecuencias del año en que esta ciudad fue Capital Europea de la Cultura. Según explica Célarié, la experiencia fue económicamente tan rentable que se pudo desarrollar un programa para darle continuidad.
También el Tripostal se transformó en un centro de exposiciones cuando Lille se volvió capital cultural. Y se trata de apenas uno de los sitios poco habituales que se transformaron en centros dedicados al arte y la cultura. Y todos merecen ser vistos.
Por ejemplo, a 15 minutos a pie desde Tripostal se encuentra Gare Saint-Sauveur. La antigua estación de mercancías, que data de 1865, fue cerrada en 2003 y destinada a su nuevo uso como sede de eventos en 2009.
Antigua fábrica de cerveza, hoy zona de artistas
Entre el patrimonio que legó el 2004, también se encuentran 12 «Maisons Folie». Esta denominación tiene su origen en el siglo XVIII.
Las «folies» eran casas de esparcimiento de la nobleza y la burguesía. Las «folies» de hoy son espacios culturales con cafés, galerías virtuales y algunas cosas más. Las «folies» de los barrios de Moulins (antigua fábrica de cerveza) y Wazemmes (antigua hilandería) son especialmente conocidas.
Y un punto en el programa verdaderamente imperdible para los fans de la cultura es el Palacio des Beaux-Arts, que data de 1792. Se trata de uno de los más grandes museos de Francia y alberga una de las colecciones más valiosas de diferentes épocas, con obras maestras de artistas de la talla de Rubens a Rodin.
Para quien quiera continuar con este viaje en el tiempo, podrá recorrer el Musée de l’Hopice Comtesse, un hospicio para pobres que abrió sus puertas en la Edad Media, y que funciona como museo desde 1962. Pinturas, muebles y objetos de arte recrean la vida durante los siglos XVII y XVIII en Lille.
Con el metro a las ciudades vecinas
Una visita obligada es el desvío hasta Roubaix y Villeneuve-d’Ascq. Estas dos ciudades se encuentran en las afueras de Lille y se puede llegar hasta ambas con el metro. Se trata de excursiones que realmente valen la pena.
El Musée La Piscine en Roubaix se encuentra en un antiguo establecimiento de baño y natación de estilo art déco y combina exposiciones de artes aplicadas y bellas artes.
El Musée LaM en Villeneuve d’Ascq, en tanto, se especializó en arte contemporáneo y moderno. Con más de 5.500 obras, posee una de las colecciones más importantes de arte marginal («art brut») de Europa. Este abarca, dicho sencillamente, el arte autodidacta, o sea obras de artistas que no se formaron en una academia.
Datos sobre Lille
Viaje: con el tren rápido se llega solamente en 40 minutos de Bruselas a Lille, mientras que desde París se tarda una hora.
Alojamientos: hoteles con equipamiento estándar y desayuno cuestan entre 90 y 150 euros (entre 95 y 158 dólares) por noche.
City-Pass: este permite el ingreso a la mayoría de los museos, a la vez que posibilita el uso de buses y trenes. Se lo puede conseguir por 24, 48 o 72 horas desde 22,50 euros.
Informaciones: Oficina de Turismo de Lille, Place Rihour – 59000 Lille (Tel.: 0033 359 579400; Sitio web: https://en.lilletourism.com/); Atout France – Central Francesa de Turismo (Sitio web: www.france.fr/de)
Por Sabine Glaubitz (dpa)