
(dpa) – En Año Nuevo suele iluminarse el cielo con los fuegos de artificio. Pero a veces cae alguna de estas estrellas fugaces justo sobre nuestro automóvil. Si impacta antes de haberse extinguido por completo deja una marca sobre la pintura del vehículo. Se las reconoce por la coloración entre negruzca y marrón de las manchas que produce la pólvora.
En la mayor parte de los casos se trata sólo de aureolas de humo fácilmente subsanables con un buen pulimento. No es recomendable en cambio utilizar diluyentes, quitamanchas fuertes o herramientas abrasivas. Su aplicación podría generar daños permanentes en la pintura.
En caso de que no se pueda solucionar la mancha con el pulimento no hay más remedio que llevar al auto al taller de pintura, a menos que se quiera llevar la marca del festejo en el nuevo año. Vale la pena consultar el seguro, para averiguar si se está cubierto de este tipo de daños, en los que casi nunca se puede identificar al responsable.