(dpa) – ¿Cansado de invitar siempre al mismo tipo de asado? Quizás sea un buen momento para atreverse a poner un pescado o unos mariscos a la parrilla. Pero… ¿con qué empezar?
Quien esté incursionando en estas áreas hará bien en elegir un pescado de carne firme como la trucha, la dorada o la caballa.
Puede optarse por un pescado entero o filets. Lo importante es colocarlos sobre la parrilla con piel y a suficiente distancia de las brasas, ya que los aromas delicados de un pescado se despliegan a temperaturas de entre 140 y 160 grados. Para preparar pescados enteros, lo ideal es contar con una pinza que se conoce como parrilla para pescado. Eso facilita el procedimiento al evitar que entre en contacto con la parrilla.
Los filets de pescado sin piel deberían ir en un cuenco reutilizable sobre la parrilla. Con colocarlos sobre el calor entre seis y diez minutos debería bastar para que estén cocidos, es decir, para que la carne ya no esté de un tono vidrioso. Otro consejo: darle una única vuelta sobre la parrilla.
Las gambas pueden asarse con o sin cáscara. Lo ideal es escoger gambas crudas, listas para preparar. Para que no caigan en las brasas, los expertos tienen un consejo: colocarlas en pinchos de madera humedecidos. Dejarlas dorando entre tres y seis minutos y ¡listo!