Jachymov (República Checa) (dpa) – En la jaula de extracción hay poco espacio. «Ahora descenderemos a 500 metros de profundidad», dice Jiri Pihera, director de la mina «Unidad» en Jachymov, del lado checo de los Montes Metálicos, en la frontera con la región alemana de Sajonia.
El minero aprieta cinco veces un botón para avisar a sus colegas en la central que está saliendo. Entonces la jaula empieza a moverse haciendo ruido y baja a razón de tres metros por segundo. La única fuente de luz en medio de la oscuridad es la linterna del casco que lleva Pihera.
La mina «Unidad» forma parte desde hace poco del patrimonio cultural de la Unesco junto con otras atracciones dignas de ver en los Montes Metálicos, una cordillera entre la República Checa y Alemania.
«Unidad», en checo «svornost», no sólo es la mina de uranio más antigua del mundo, sino que además aún está en servicio, aunque sea con otros fines. En la galería número 12, como se llama a los pisos de una mina, se descubre por qué.
Pihera, que trabaja bajo tierra desde su juventud, abre un grifo rojo del que sale a borbotones agua caliente que contiene radón y que fluye en una cuba de madera. Grandes bombas la llevan hasta la superficie a través de largas tuberías. El agua termal radiactiva es dirigida hacia el balneario de Jachymov, que lo usa para sus piscinas.
Los estrechos pasillos bajo tierra son el resultado de un trabajo de cientos de años. Aquí se obtenía plata desde la apertura de la mina, en 1518, y en el siglo XX se extrajo uranio para la bomba atómica soviética.
El agua gotea desde el techo por todas partes y forma pequeños riachuelos. Una galería de más de dos kilómetros de largo une cuatro vertientes de las que se obtiene agua con radón.
Una de las fuentes lleva el nombre de la mujer que descubrió la radiactividad, Marie Curie (1867-1934). No es una casualidad: la ganadora del Premio Nobel obtuvo la sustancia que bautizó con el nombre de radio de un cubo de pecblenda de esta mina en Jachymov. Fue el primer material radiactivo detectado por Curie.
En la pared de la oficina de Eduard Blaha, director del balneario de Jachymov, cuelga un retrato de Curie. «Esta región tiene un potencial increíble», opina el médico.
El especialista espera que el nuevo título de patrimonio mundial de la Unesco ayude a llamar la atención sobre este lugar, olvidado durante mucho tiempo. Su empresa renovó las instalaciones de este balneario histórico, pero muchas casas de la ciudad vieja, que se encuentra algo más alta, están muy deterioradas. «Para nosotros, esta vista es un problema, porque cuando llega el turismo tenemos que poder ofrecer un entorno agradable», señala Blaha.
El médico explica que la piscina con agua rica en radón se usa para tratar enfermedades dolorosas como el reuma, acompañada de fisioterapia intensiva. «Son enfermedades sin cura, pero es de ayuda para los pacientes», comenta Blaha. Durante el tratamiento, la radiación recibida no supera la que se recibe cuando se hace una radiografía de los pulmones. Blaha está especialmente orgulloso de su nuevo sauna, que se asemeja al interior de una mina.
Las galerías más profundas de «Unidad» están cerradas al público general por motivos de seguridad, pero la galería número 1, de 260 metros de largo y convertida en museo, da una idea de la dura rutina de los mineros en tiempos pasados.
Entre ellos también hubo prisioneros de guerra y presos políticos alemanes que tuvieron que hacer allí trabajos forzados tras la Segunda Guerra Mundial. Los más de 200 escalones que llevan de la mina a la barraca y que se conservan hasta el día de hoy dan cuenta de este pasado.
El geólogo Michal Urban es considerado uno de los padres de la candidatura checo-sajona para la Unesco. «Es una cadena montañosa que tiene una larga historia», subraya Urban. Conoce desde su infancia a los Montes Metálicos, que en checo se llaman «krusnohori». En 1970, sus padres compraron allí una propiedad y la usaron como casa de veraneo y de fin de semana.
Cuando le preguntan por su lugar favorito, Urban no duda. Es la mina Mauritius, considerada alguna vez la mina de estaño más importante de los Montes Metálicos. «Fue posible volver accesibles partes de la mina a las que no se había podido ingresar durante décadas», revela Urban.
El geólogo destaca que la historia de la minería en la región es tan variada como en casi ningún otro lugar. Además de estaño, también se extraían allí plata, cobre, plomo y hierro. Lo único que no había era oro.
Además de las cinco sitios de la región minera protegidos por la Unesco del lado checo, hay otros 17 del lado alemán, en Sajonia. Urban reconoce que la parte alemana está aprovechando mejor como marca el título de patrimonio cultural de la Unesco. «Es nuestra culpa, tenemos que hacernos cargo», confiesa.
Por eso es necesario ofrecer a los visitantes una mayor variedad de restaurantes y alojamientos por más que la región no esté muy densamente poblada, agrega. Cree que ahora depende de las empresas y las autoridades de la región de los Montes Metálicos ver qué medidas implementan para fomentar la región. «El título de patrimonio mundial de la Unesco da prestigio, pero no genera dinero por sí solo», señala Urban.
Por Michael Heitmann (dpa)