Lisboa, 15 oct (EFE).- El vigilante Cristo Rey, los imponentes palacios da Pena y de Queluz, el estuario del Tajo o la famosa Torre de Belém son algunos de los emblemas de Lisboa que ahora pueden verse desde una perspectiva totalmente diferente gracias a un nuevo servicio de paseos en helicóptero.
«¿Por qué no hay paseos en helicóptero en Lisboa?». Esa fue la pregunta que surgió en medio de una charla informal en una terraza entre dos amigos, que decidieron entonces ponerse manos a obra.
Uno de ellos es Francisco Sá Nogueira, un profesional del área de turismo, que considera la capital portuguesa uno de los escenarios más adecuados para este tipo de visitas.
«Lisboa tiene condiciones y características únicas en términos de paisaje y patrimonio para hacer estos vuelos», según el responsable de la empresa que ha puesto en marcha estos recorridos, que destaca como puntos fuertes de la ciudad el Monumento a los Descubrimientos, en homenaje a las conquistas de los navegantes portugueses, y el Castillo de San Jorge, que se alza en la más alta colina de la ciudad.
Abrazando Lisboa desde 1959 y siendo su imagen de marca, la estatua del Cristo Rey es una de las etapas estrella de estos paseos que ofrecen una visión inédita del monumento erigido a una altitud de 113 metros del río Tajo y hermano gemelo del Cristo Redentor de Río de Janeiro, en Brasil.
«El paseo en helicóptero y la vista aérea de Lisboa constituyen una experiencia única», destaca la empresa de vuelos en un comunicado, en el que comenta que la capital portuguesa ahora puede equiparar su oferta a la «ya disponible en grandes ciudades como Nueva York, Barcelona y otras».
Aunque existen otras capitales que pueden ser sobrevoladas, Sá Nogueira considera que «la ruta aérea que va hasta el centro de Lisboa es única por su enorme variedad de hermosos paisajes».
Presentándose como una buena alternativa para los turistas que permanecen en la ciudad por poco tiempo pero quieren tener un panorama general completo o incluso para los que siempre han vivido en ella pero con los pies firmes en tierra, las posibilidades son variadas.
Paseos regulares con rutas pre-definidas o personalizadas para cualquier punto del país, y experiencias temáticas como declaraciones de amor, pedidas de mano o rutas específicas con parada para comer en lugares especiales como Comporta, junto a la Reserva Natural del Estuario do Sado, son solo algunas de las sugerencias de la compañía.
«Entre brasileños, españoles, rusos, eslovenos, ingleses y alemanes, tenemos una variedad muy amplia de turistas», contó Sá Nogueira, antes de precisar que los portugueses no han querido quedarse atrás y se han adherido a esta propuesta, sobretodo con los vales para regalar a familiares o amigos.
«Una chica apareció con los ojos vendados acompañada por su novio», según el mismo responsable, que recuerda también el día en el que recibieron a una abuela con su hija y su nieta, que le ofrecieron la experiencia porque siempre había querido montar en helicóptero.
Puesta en marcha el pasado junio con una inversión inicial de 1 millón de euros, la compañía realiza sus paseos con dos helicópteros con capacidad para tres personas y precios que van de 55 a 375 euros.
Las salidas son siempre desde el helipuerto de Lisboa, ubicado junto a la Torre de Control de Navegación del Puerto, en Algés, a las afueras de la ciudad.
Cara al futuro, y en respuesta a las exigencias de los turistas, los objetivos de la empresa pasan por crear nuevas rutas temáticas que proporcionen experiencias únicas de enoturismo o de contacto con animales.
Los clientes están prácticamente asegurados, teniendo en cuenta que solamente los hoteles de Lisboa acogieron 2,9 millones de huéspedes en 2013.
La empresa cree que el número de visitantes nacionales e internacionales en la capital sobrepasa los cuatro millones y espera «contribuir para consolidar y estimular la dinámica del turismo», uno de los principales sectores económicos de Portugal, que se estima que representa cerca de 10% de su Producto Interior Bruto (PIB).
Sabrina Aïd