(dpa) – Las hierbas frescas mejoran no sólo el aspecto, sino el sabor de muchos platos. Sin embargo, se echan a perder fácilmente. Por eso, si se va a usar albahaca, perejil o cebollino pero no se los empleará de inmediato, conviene cortar las puntas de los tallos. Esto se debe a que en los extremos suelen acumularse bacterias que promueven la podredumbre y marchitan las hierbas.
Luego hay que envolver las hierbas en un paño húmedo y colocar el ramillete así en una bolsa de plástico que se guarda bien cerrada en la nevera. Esto hace que se acumule la humedad y las hierbas duren frescas un par de días.