A nadie le sorprenderá saber que hoy en día las aplicaciones móviles son una de las mejores herramientas que tenemos a nuestra disposición, no solo a la hora de comunicarnos sino también a la hora de comprar o de dedicar nuestro tiempo al ocio. Sin embargo, y a pesar de que el buen uso de estas aplicaciones no tenga ningún riesgo para los usuarios, cuando se trata de niños pequeños nunca está de más ser precavido y tomar una serie de medidas para garantizar la seguridad en el uso de este tipo de aplicaciones por parte de los más pequeños de la casa. Al fin y al cabo, los contenidos a los que podemos acceder desde un teléfono móvil, un ordenador o una tablet son casi infinitos por lo que merece la pena hablar un poco sobre algunos consejos de seguridad básicos.
En ese sentido, una de las opciones que más se suele emplear y que da buenos resultados es espiar whatsapp, de forma completamente anónima y accediendo tanto a las conversaciones antiguas como a conversaciones en directo, hackeando el móvil como podemos leer en el blog de Marga.
No obstante, este método puede resultar poco ortodoxo, independientemente de los buenos resultados que tiene, e incluso puede ser una forma “tardía” de descubrir si nuestros hijos están accediendo a algún contenido inapropiado para ellos por su edad.
Por lo tanto, lo más aconsejable será instalar una serie de aplicaciones que tenemos a nuestra disposición con las que tendremos la seguridad de que nuestros hijos estarán protegidos en todo momento, teniendo un control de las descargas que se realizan e incluyendo filtros que no permitan entrar en ciertas páginas.
Proteger a nuestros hijos de las nuevas tecnologías
Siguiendo con este tema, no podíamos dejar de mencionar un aspecto importante y que sin duda debe ser el primer punto que tengamos que implementar cuando buscamos la seguridad de nuestros hijos con los nuevos dispositivos: crear una serie de normas claras sobre su uso.
De hecho, y a pesar de que cada vez sean más los niños de todas las edades que usan un móvil o una tablet a diario, no debemos olvidarnos que como padres tendremos que ser nosotros quienes marquemos los usos de los mismos, estableciendo una serie de reglas que tendrán que cumplir los más pequeños y que serán ese primer paso para garantizar un uso seguro.
Por ejemplo, establecer un horario para usarlo cada día (y no dejar de lado otras actividades como puede ser el deporte, los juegos, la lectura e incluso los deberes del colegio), hacerles entender los inconvenientes y los peligros de compartir información y datos personales con gente que no conozcan o incluso no descargarse ninguna aplicación sin el consentimiento previo de los padres son algunas acciones básicas que nos evitarán muchos problemas futuros.
Además de todo esto, deben saber que este tipo de dispositivos no se usan en el colegio, que son unos recursos muy útiles pero que se tiene que aprender a emplearlos bien y que de no cumplir con las normas de uso, se quedará sin teléfono o tablet durante unos días.
Como podemos ver, son formas fáciles de educar a nuestros hijos en el buen uso de estas tecnologías a la vez que favorecemos su seguridad a la hora de usarlas.
¿Qué otras alternativas de seguridad se pueden emplear?
Por otro lado, y pese a que las recomendaciones anteriores sean la base principal que debemos tener en cuenta, no es lo único que podemos hacer en cuestiones de seguridad. En ese sentido, la mayoría de las compañías de teléfono también nos ofrecen distintas opciones para restringir el uso y el acceso a determinados contenidos, permitiéndonos desactivar algunas opciones que tienen los teléfonos (como puede ser la descarga de archivos o el acceso a Internet) y que serán clave en lo que a seguridad se refiere, especialmente con los niños más pequeños. E incluso cada vez nos encontramos con más teléfonos móviles que han sido diseñados específicamente para niños y que ya tienen en cuenta esta series de cuestiones para que los más pequeños puedan beneficiarse de las nuevas tecnologías minimizando al máximo los riesgos añadidos.
Finalmente, es importante concienciar a nuestros más pequeños desde el primer momento de los riesgos que pueden encontrarse al usar este tipo de dispositivos, razonando con ellos, explicándoles las cosas y argumentando las medidas que tomemos para que no lo vean como una imposición sino para que entiendan nuestras preocupaciones y decisiones. De esta manera conseguiremos que nuestros hijos vean los peligros potenciales que tienen estos nuevos dispositivos a la vez que aprenden a usarlos de manera efectiva, beneficiándose de todo lo que tienen que ofrecer pero evitando cualquier tipo de chantaje, ataque o burla tan habituales en Internet.