Los pasados 30 y 31 de octubre se celebró el I Congreso Futuro Iberoamericano en la Casa América de Madrid.

Miguel Arrufat, promotor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), puso el foco en la transformación ineludible que la Inteligencia Artificial está provocando en la educación superior. Su intervención, centrada en los cinco grandes impactos de la IA en la universidad, destacó la urgencia de una revolución en el perfil del docente universitario. Enfatizó la necesidad de una formación especializada y la adquisición de dos competencias clave para el futuro inmediato.
La visión es clara y contundente: “en cinco años la IA va a cambiar totalmente la universidad”. Esta afirmación, además de subrayar la velocidad del cambio, también establece un imperativo para las instituciones académicas: invertir en la capacitación de su cuerpo docente para que puedan liderar, y no solo reaccionar, ante esta nueva era tecnológica.
La metamorfosis del profesor universitario: de transmisor a arquitecto de aprendizaje
La irrupción de la Inteligencia Artificial generativa ha desdibujado el rol tradicional del profesor como principal fuente de información. La capacidad de la IA para generar, compilar y presentar datos de manera instantánea exige que el docente universitario evolucione hacia un perfil más estratégico y menos operativo.
Se identifican dos competencias fundamentales que definirán al educador del futuro, ambas orientadas a maximizar el potencial de la IA mientras se mitigan sus riesgos.
El docente como diseñador de experiencias de aprendizaje
La primera y más importante de las nuevas competencias es la capacidad de actuar como diseñador de experiencias de aprendizaje. Este rol trasciende la mera planificación de clases para convertirse en la arquitectura de un ecosistema educativo completo.
La necesidad de un enfoque instruccional estratégico
El diseño instruccional, un campo que ha ganado tracción en las universidades norteamericanas con la incorporación de diseñadores instruccionales a tiempo completo, se vuelve esencial. El docente debe ser capaz de:
- Integrar recursos tecnológicos novedosos: implica ir más allá de la simple presentación de diapositivas. Se trata de aprovechar herramientas de IA para crear entornos de aprendizaje dinámicos, como asistentes virtuales personalizados, laboratorios virtuales y simuladores avanzados.
- Personalización real del aprendizaje: la IA ofrece la posibilidad de analizar el progreso y las necesidades de cada estudiante a una escala sin precedentes. El diseñador de experiencias debe estructurar itinerarios de aprendizaje que se adapten al ritmo, estilo y objetivos de cada alumno, moviéndose de un modelo de talla única a una educación individualizada.
- Fomentar la autonomía y el pensamiento crítico: el diseño de experiencias debe estar enfocado en desafíos que la IA no pueda resolver por sí sola. Esto contrarresta la “dependencia peligrosa” identificada en ciertos grupo de estudiantes, obligándolos a desarrollar hábitos intelectuales consolidados. El objetivo es utilizar la IA como una herramienta de amplificación, no de sustitución.
El diseño de experiencias está intrínsecamente ligado a la evaluación. Si la IA puede generar ensayos o resolver problemas con facilidad, los métodos de evaluación tradicionales pierden su validez. El docente-diseñador debe innovar en la evaluación continua, creando sistemas que aseguren la fiabilidad de los resultados académicos y, fundamentalmente, la autoría del estudiante.
El docente como curador crítico de contenidos
La segunda competencia vital es la de curador de contenidos. En un mundo donde la información se genera y se desactualiza a una velocidad vertiginosa, el profesor se convierte en el filtro de la verdad y la calidad.
La IA produce contenido, pero también acelera la obsolescencia de los conocimientos. Un plan de estudios que hoy es relevante, puede estar desactualizado en seis meses. El docente debe asumir un rol de curador crítico de todo lo que produce la IA, una tarea que requiere un juicio experto y una actualización constante.
La curación crítica se sostiene sobre tres pilares esenciales:
- Validar lo fiable: el profesor debe ser el garante de la veracidad. En un entorno de fake news, su experiencia es el último baluarte para discernir la información correcta de la errónea.
- Asegurar la calidad: la IA puede generar grandes volúmenes de texto, pero la calidad pedagógica y la profundidad conceptual siguen siendo dominio del experto humano. Esta figura debe seleccionar los recursos que más que informar, formen el criterio del estudiante.
- Reducir la brecha entre enseñanza y demanda social: el docente, al curar el contenido, debe asegurarse de que lo que se enseña está alineado con las habilidades y conocimientos que demanda el mercado laboral y la sociedad. Esto implica una conexión constante con el sector productivo y una adaptación ágil de los programas.
Contextualización en el I Congreso Futuro Iberoamericano
La presentación de Miguel Arrufat Pujol se enmarcó en un evento de trascendencia continental, el I Congreso Futuro Iberoamericano, una iniciativa conjunta de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Fundación Encuentros del Futuro.
Un escenario de alto nivel para el debate
Celebrado en la histórica Casa América de Madrid, el congreso reunió a una pléyade de líderes políticos, académicos y científicos de renombre mundial. La presencia de SM el Rey Felipe VI y figuras como Nadia Calviño (Presidenta del Banco Europeo de Inversiones), Josep Borrell y el premio Nobel de Física Serge Haroche, elevó el debate sobre el futuro de la región.
El congreso abordó temas cruciales que van desde el futuro del orden mundial y la crisis democrática, hasta el cambio climático y los neuroderechos. La educación en la era de la inteligencia artificial se consolidó como uno de los ejes temáticos centrales, reconociendo que la formación es la herramienta clave para afrontar los demás desafíos.
La mesa de debate: un diálogo de rectores
La sesión en la que participó Arrufat fue moderada por Rafael Puyol, presidente de UNIR, y contó con la participación de figuras académicas de gran peso, lo que reforzó la seriedad y la urgencia del tema:
- Eva Alcón: presidenta del Consejo de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE).
- Cristovam Buarque: ex Rector de la Universidad de Brasilia y ex ministro de Educación.
- Enrique Graue: ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Alejandro Gaviria: ex Rector de la Universidad de Los Andes y ex ministro de Educación Nacional.
Este diálogo de rectores y exministros de educación de Iberoamérica sirvió como plataforma para validar que la transformación del docente es una necesidad compartida por todo el espacio iberoamericano.
La visión de UNIR: liderando la inversión en el futuro docente
La Universidad Internacional de La Rioja no solo diagnostica el problema, sino que también se posiciona como parte activa de la solución.
La cooperación como imperativo estratégico
El desafío de la IA no puede ser abordado por una sola institución. Las universidades españolas ya están trabajando en este reto, pero se requiere una cooperación permanente entre universidades. Este enfoque colaborativo es vital para compartir recursos, mejores prácticas y para evitar la duplicación de esfuerzos en un campo que exige grandes inversiones económicas y de personal especializado.
Además, se hizo una llamada al Estado para que abra espacio a la colaboración público-privada. La velocidad de la innovación tecnológica, impulsada en gran medida por el sector privado, requiere que las instituciones públicas y privadas trabajen de la mano para asegurar que la formación docente se mantenga a la vanguardia.
El impacto en la investigación y la experiencia de aprendizaje
Aunque el foco principal es la docencia, la visión del profesorado de UNIR se extiende a otros pilares universitarios:
- Investigación: la IA no sustituye al investigador, pero sí aumenta sus capacidades. El docente-investigador debe formarse para utilizar la IA como un copiloto que acelera el análisis de datos, la revisión bibliográfica y la generación de hipótesis. Así, libera tiempo para el pensamiento creativo y la formulación de preguntas fundamentales.
- Experiencia de aprendizaje: la formación del docente en IA es el motor para implementar la personalización real y las metodologías activas (asistentes virtuales, simuladores) que transformarán la experiencia del estudiante. Solo un profesor capacitado puede diseñar y gestionar estos entornos complejos, asegurando que el estudiante aproveche la IA para “llegar más lejos y más rápido”, y no como un “atajo para simular”.
El profesor del futuro será un diseñador de experiencias de aprendizaje y un curador crítico de contenidos. Este doble rol asegura que la universidad lidere la revolución de la IA. Formará profesionales capaces de navegar un mundo transformado y reduciendo la brecha entre la oferta educativa y la demanda social.
La visión de UNIR, promoviendo este debate en un foro iberoamericano de tan alta relevancia, subraya su compromiso con la vanguardia educativa y la preparación de sus docentes para el desafío que “cambiará totalmente la universidad” en los próximos cinco años.