(dpa) – El envío de mensajes de texto, de audio y fotos es para la mayoría de usuarios algo evidente. Pero las aplicaciones de mensajería instantánea ofrecen un amplio abanico de otras interesantes funciones. Algunas son básicamente un pasatiempo divertido, otras ofrecen un valor añadido «real» y proporcionan, por ejemplo mayor seguridad en la protección de datos o la programación de la hora exacta en la que será enviado cada mensaje.
El envío de gráficos animados (GIFs) es una de las funciones de ocio más utilizadas. Los GIFs son vídeos sin sonido de escasos segundos que se repiten en forma de bucle. Ayudan a amenizar muchas conversaciones de texto -que sin ellos podrían llegar a ser aburridas- con un chiste.
Los GIFs pueden ser enviados a través de los servicios ordinarios y también pueden buscarse en línea. Se encuentran en el Menú de las distintas aplicaciones de mensajería.
En Whatsapp y Facebook Messenger, por ejemplo, están disponibles en la vista general de los emojis, basta con pulsar un icono situado en la parte inferior de la pantalla.
Tanto éstos servicios de mensajería como Telegram y Signal además de GIFs ofrecen la opción de adjuntar a los mensajes de texto otro formato de imágenes simpáticas y divertidas en movimiento, las llamadas Stickers.
«Telegram destaca por sus funciones de ocio», afirma Hans-Peter Schüler de la revista especializada «c’t». Y añade que en cuanto la seguridad de esta aplicación de mensajería está sobrevalorada. El cifrado de extremo a extremo -ahora incluso estándar con Whatsapp- debe ser seleccionado explícitamente en Telegram. Para ello hay que acceder a «Nuevo chat privado» en «Nuevo mensaje».
El cifrado de extremo a extremo asegura que los mensajes solo puedan ser leídos por los participantes del chat. Pero no hace referencia a la seguridad de otros tipos de datos.
No pienses solo en tu propia privacidad
Los teléfonos inteligentes pueden restringir el acceso a la agenda de contactos, la ubicación y la memoria del dispositivo de casi todos los servicios de mensajería accediendo a: Configuración>Aplicaciones descargadas-Permisos. ¿Comodidad o seguridad y protección de datos? Es una pregunta que debe ser respondida de forma individual.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en algunos casos no sólo se ve afectada la propia privacidad, señala Hauke Mormann de la Agencia de Protección al Consumidor del estado alemán de de Renania del Norte-Westfalia.
«El acceso a la agenda de un teléfono a través de aplicaciones de mensajería implica revelar información sobre otros», explica. De esta manera, los proveedores reciben un gran paquete de datos personales, no sólo nombres y números sino también direcciones o cumpleaños.
De ahí que las aplicaciones que manejan de forma más sofisticada los datos de los usuarios, como Threema o Signal sean cada vez más populares.
La primera puede ser utilizada sin proporcionar ni siquiera el número de teléfono. Aunque Signal accede a la agenda telefónica por defecto, tanto esta aplicación como Threema se consideran eficientes en cuanto al uso transparente y la protección de datos.
Programar y borrar mensajes
Planificar el día y la hora exacta en que un mensaje debe de ser enviado puede ser muy útil y práctico. Con Threema basta con pulsar el botón «Enviar» durante más tiempo para que aparezca la opción «Programación del mensaje».
La aplicación también tiene una función de auto-destrucción automática de los mismos. Puede habilitarse en «Chat secreto» y el mensaje desaparecerá, después de haber sido leído, en el tiempo determinado por el usuario.
Signal ofrece una función similar en «Borrar mensajes». En la versión beta de Messenger pueden enviarse fotos y vídeos que desaparecen después de ser visionados. No sólo se eliminan del chat, sino también de la memoria del dispositivo receptor.
Pero, ¿y si el destinatario del mensaje hace una captura de pantalla de un texto o una foto? Las aplicaciones ofrecen herramientas para eso también. Signa, por ejemplo, evita la captura de pantalla por defecto, como medida de privacidad. Eso sí, todavía no hay nada que evite que alguien fotografíe la pantalla de nuestros dispositivos con una cámara.
Por Felix Klostermeyer (dpa)